Cuando la vía recupere la normalidad tras el siniestro que segó la vida a 79 personas, la velocidad máxima a la que se podrá circular en la curva de la tragedia, la de A Grandeira en Angrois, será de 60 km/h y si los trenes van a más velocidad inmediatamente se activará un sistema de frenado automático que parará la marcha de la máquina. Ésta es la previsión que maneja Adif, según ha podido saber este diario.

El día del accidente, la noche del pasado 24 de julio, la velocidad máxima permitida en esa curva era de 80 km/h y el maquinista entró en ella a 179 km/h pero el sistema de frenado automático en los trenes Alvia solo se activaba si circulan a más de 200 km/h. En el futuro, en ese tramo concreto, la parada de urgencia será a 60 km/h.

Tras el siniestro, de forma temporal se instaló ya un sistema de frenado automático en la curva de Angrois que se pone en marcha en cuanto los trenes sobrepasan los 30 km/h, pero Adif explica que esta drástica reducción de la velocidad se debe a que después del accidente hubo que reparar la vía y ahora hay que comprobar que el estado de la infraestructura es el idóneo. Mientras no se le da el OK definitivo a la vía, la limitación de velocidad ha pasado de 80 a 30 kilómetros por hora y además se activa el frenado automático si el conductor va a más de treinta. Después, la parada de urgencia se accionará si el tren excede los 60 km/h.

La decisión la ha tomado Adif en base a las recomendaciones lanzadas por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios tras un primer análisis del accidente de Angrois. De hecho el frenado automático a tramos complicados se extenderá a otros puntos de la red ferroviaria española. También se señalizará, donde no esté hecho, "todas las reducciones de velocidad máxima programadas en plena vía, entre estaciones, a partir de un cierto rango".

¿Cómo funciona el frenado automático que actúa ahora en Angrois si se rebasan los 30 km/h y que pronto funcionará cuando se superen los 60 km/h? Antes de llegar al tramo donde hay que reducir la velocidad, dos señales informan de la nueva velocidad y junto a ellas hay dos balizas y al pasar el tren por ellas se activa una señal acústica que informa al maquinista de que tiene que aminorar la marcha. El conductor tiene tres segundos para darle a un botón y confirmar que sabe que debe reducir la velocidad, si el maquinista no responde, el pitido continúa, pero sobre todo se activa el freno de urgencia y el conductor ya no podrá hacer nada, el tren parará.

¿Y qué diferencia hay entre este sistema, el ASFA, y el ERTMS, sistema de frenado más avanzado y habitual en las líneas de alta velocidad? Que en el segundo cuando el tren a lo largo del trayecto detecta que se rebasa la velocidad máxima la regula hasta bajar a la velocidad adecuada, pero no frena hasta parar el convoy, sino que rebaja su celeridad. Este sistema, en la línea donde se produjo el accidente debería estar operativo hasta unos kilómetros antes de Angrois, pero problemas informáticos lo impiden. Renfe prevé tenerlo listo para finales de año. En el lugar del siniestro, al no ser una línea de alta velocidad, funcionaba el ASFA, pero el frenado automático se activaba solo si se excedían los 200 km/h.