Ourense, mientras la lluvia no llega, es un mapa del caos. El fuego ha instaurado el estado de emergencia. La provincia española más castigada por los incendios forestales, un territorio disperso con el medio rural sumido en el abandono, se encontraba ayer en riesgo extremo de que el monte ardiera. La ciudad, asediada el miércoles, encaraba la segunda noche en vilo en lugares como A Lonia, donde las llamas se reproducían al cierre de esta edición y amenazaban viviendas otra vez. Por la tarde, los rescoldos que iban a más fueron constantes.

A las 23.00 horas, las brigadas con varias mangueras tendidas y los vecinos ayudando como podían intentaban proteger casas en un foco por encima de A Lonia de Arriba. "Hay un pequeño frente que había quedado sofocado, pero como es zona de acacias volvió a resurgir. Está cerca de casas y el problema es que hay mucha vegetación", resumía Manuel Rodríguez, vecino.

Sin tregua, varios frentes movilizaron de norte a sur medios de extinción, aeronaves del ministerio y unidades BRIF incluidas, en concellos como Chandrexa de Queixa -que sufrió una reproducción del fuego declarado en Red Natura, de 100 hectáreas, tras darse por extinguido-, A Veiga (90), Baños de Molgas, Montederramo (25), y entre Piñor de Cea y Dozón, donde otro incendio afectó a 7,5 hectáreas. El pánico volvió al cinturón de Ourense. Los dos frentes que rodearon la ciudad y amenazaron casas unifamiliares en los núcleos diseminados por Cudeiro, A Lonia, Velle y Sabadelle (Pereiro de Aguiar), con el nivel de alerta 1 al lado izquierdo del río Miño, han devorado en zona urbana más de 140 hectáreas, lo equivalente a otros tantos campos de fútbol. Además, las llamas se declararon en otro punto de la periferia de la ciudad. Ardió en San Lorenzo de Piñor (Barbadás), donde helicópteros cortaron el paso para que las casas asentadas en la montaña, y en el hospital cercano, no corrieran peligro. Según Medio Rural, este tercer cerco a Ourense se quedó en un conato de 0,3 hectáreas.

Los dos incendios declarados el miércoles simultáneamente en montes enfrentados siguen vivos. Era de noche cuando la Xunta consideraba controlado el de Cudeiro, donde se registró un rebrote al inicio de la tarde. También bajo control quedaban ayer al cierre los fuegos de A Veiga y Montederramo. Medio Rural dio por extinguidos un incendio en Padrenda de 8,5 hectáreas, otro entre Baños de Molgas y Xunqueira de Ambía, de 41,5 hectáreas, y otro en Cualedro, de 21,75.

En Vilamarín, después de que el domingo se iniciara un virulento incendio con varios focos que devoró 250 hectáreas y puso en riesgo aldeas, se registraba a las siete de la tarde otro en un punto cercano, en Pazos do Monte, también al pie de la carretera OU-901 que conecta Cea y A Barrela. Los vecinos asumen resignados que fue intencionado. El miércoles hubo dos conatos en esa zona y ayer el fuego fructificó. Unos jóvenes encontraron restos de periódicos y los vecinos manifiestan que en esa zona ya intentaron quemar el pasado domingo. El incendio se quedó a 100 metros de las primeras viviendas de Pazos y también se acercó a la iglesia y el cementerio.