El presidente de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios, Vicente Rallo, se mostró la pasada semana muy crítico con la interacción entre Adif y Renfe, dos empresas pertenecientes a Fomento que gestionan las vías y los trenes, respectivamente. En la subcomisión del Congreso sobre el sistema ferroviario, creada a raíz del accidente del Alvia en Santiago, Rallo censuró la falta de comunicación entre las dos empresas, motivo por el cual no se atendió el aviso del maquinista que alertaba del brusco descenso de velocidad en la curva de Angrois. En su intervención, a puerta cerrada, se manifestó convencido de que si Adif y Renfe estuvieran integradas, la alerta se habría atendido. "Pero los de Renfe cuando se dirigen a Adif tienen que pedir con la venia y tienen que pedir una audiencia", comentó. También se mostró seguro de que si se hubiera colocado la baliza para advertir de la reducción de la velocidad, como se acordó tras el siniestro, no se habría producido el accidente.