"Somos partidarios de hablar, es la mejor forma de resolver los problemas. Pero, desde luego, no consentiré que nadie viole la ley. Y espero que todo el mundo actúe con responsabilidad que la ocasión requiere". Esta fue la respuesta velada de ayer desde Soutomaior del presidente del Gobierno español a Artur Mas, que un día antes insistía en convocar la consulta del 9-N, pese a la amenaza de impugnación del Gobierno central.

El pulso en Cataluña es una de las incertidumbres con las que arranca el nuevo curso político. Aunque en ningún momento se refirió directamente al desafío soberanista de CiU, Mariano Rajoy fue enérgico en su contestación a la Generalitat, que defiende seguir adelante con el referéndum sobre la independencia de Cataluña, pese a que Madrid lo considera ilegal, y está dispuesto a impedirlo, acudiendo al Tribunal Constitucional. "No hay democracia sin ley. Y, por tanto, la ley está por encima de todo. Y todos estamos obligados a cumplir la ley. Todos, sin excepción", argumentó el presidente del Gobierno, quien defendió que España, que es "una gran nación", será "lo que todos los españoles quieran que sea". "Lo que es de todos se decide entre todos", remarcó y reafirmó que "la soberanía nacional radica en el conjunto del pueblo español".

El vicesecretario de UDC, Toni Font, respondía inmediatamente a Rajoy vía Twitter, pidiendo al presidente del Gobierno, que sea él el que "no viole la ley y el sentido común impugnando la ley de consultas, 100% legal". "Solo defiende temerariamente un centralismo tan antiguo como antidemocrático", añadió Font.