Las deudas financieras de la Sociedade Pública de Investimentos de Galicia alcanzaban el 31 de diciembre pasado un total de 424,2 millones de euros repartidos en una treintena de préstamos con el Instituto de Crédito Oficial (ICO), el Banco Europeo de Inversiones (BEI), BBVA, Pastor y Popular, Ceiss, la antigua Banesto, Bankinter, La Caixa y Abanca.

En vencimientos, la empresa debe asumir este año un total de 76,554 millones de euros, incluidos casi 2,8 millones derivados de intereses. Es, de lejos, el año con más amortizaciones que toca desembolsar, según desgrana la SPI de Galicia en su informe contable de 2013. El año que viene son 58,882 millones; algo más de 56 millones en 2016; 55,6 millones en 2017; 49,3 millones en 2018; y quedarían pendientes 127,2 millones para los siguientes ejercicios.

Como consecuencia de las obras a realizadas, la sociedad acumula un elevado saldo pendiente con su propia dueña. La ejecución material de los encargos ascendía a 958,593 millones de euros al cierre del pasado año, de los que 29,43 millones correspondían a 2013, con un coste de financiación de 148,97 millones. El coste total supera los 1.112 millones. Las aportaciones recibidas de la Xunta suman 861,1 millones de euros. Así que queda pendiente una deuda de 251,3 millones de euros. Esas aportaciones que la SPI de Galicia recibe de las consellerías y sus organismos y empresas públicas se destinan a cancelar parcialmente la deuda. La rebaja del capítulo durante 2013 fue de 69,083 millones.