El mismo día de las elecciones municipales, Besteiro hacía un balance satisfactorio de los resultados, pues el PSOE podría gobernar en un centenar de concellos y en tres diputaciones. Mes y medio después, y de forma imprevista, varios socavones fueron minando su liderazgo hasta dejar ahora bloqueada por completo su actuación política con la imputación y abierto un nuevo escenario donde su salida de la secretaría xeral es una opción más que posible. "Es un problema de jaque, casi mate", confiesan dentro del PSOE. "Es una situación muy, pero que muy compleja", advierte otra fuente.

Primero se tuvo que sacrificar a Orozco en el Concello de Lugo para conservar la Alcaldía, luego el PP bloqueó la designación de Besteiro como senador autonómico, casi acto seguido se perdió la Diputación de Lugo por el voto de un alcalde socialista rebelde y ahora llega la imputación.

El problema añadido, y grave, llega -según varios miembros del PSdeG-, porque hay elecciones autonómicas dentro de poco más de un año y se tiene que designar al candidato socialista, que en principio es Besteiro, lo que supone un riesgo extremo acudir a unos comicios con un imputado como cabeza de cartel, además de dar munición extra al PP para bombardear a los socialistas.

Por eso, hay quien sospecha que Besteiro renunciará "en cuestión de semanas", bien después de la constitución de las diputaciones de A Coruña y Pontevedra y de que se articule una moción de censura para recuperar la de Lugo, o bien tras el día 31 de julio, cuando el líder de los socialistas declare ante la juez Pilar de Lara. Esa parece la fecha clave. Y a partir de ahí, se abriría el posible relevo, donde José Blanco siempre aparece como telón de fondo.