La Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (Brilat), con base en Figueirido (Pontevedra), inició ayer el despliegue de las patrullas que forman parte de la misión Centinela de prevención de incendios forestales, en la que como novedad este año se incorpora el uso de medios aéreos no tripulados.

Se trata en concreto del dron RQ-11 Raven, una aeronave lanzada con la mano y propulsada por un motor eléctrico. El avión puede volar a velocidades de entre 45 y 95 kilómetros por hora a una altura de 305 metros. El Raven puede ser tanto controlado de manera remota como volar de forma autónoma usando navegación GPS. Llevará incorporada una cámara de vídeo y tiene capacidad de visión nocturna.

El Ejército español utilizó el Raven por primera vez en sus misiones en Afganistán y ahora se empleará en tareas de vigilancia y disuasión de los incendiarios en el monte gallego.

Según informó el general de la Brilat, Luis Cebrián Carbonell, "el sistema cubrirá, en sucesivos despliegues, toda la zona de actuación" y, aunque evitó precisar el número de drones que se utilizarán, puntualizó que "será un número suficiente para controlar el área con cierta periodicidad y para concentrarlos en los puntos donde existe mayor riesgo".

En caso de que la Xunta lo solicite, se incorporarían también dos helicópteros de la Armada a la vigilancia de los montes. Durante el máximo despliegue recorrerían los montes gallegos hasta 75 patrullas.

En Lugo, el piloto de un avión del dispositivo de lucha contra incendios forestales de la Xunta se lesionó ayer tras sufrir un accidente al intentar despegar la aeronave en el aeródromo de Doade. El aviador, de nacionalidad polaca, fue trasladado a un centro hospitalario para ser sometido una exploración. En principio, su estado no revestía gravedad, según informó la Consellería de Medio Rural.

Colisión al despegar

El accidente se produjo cuando el aparato no pudo levantar el vuelo, por causas que por el momento se desconocen, y acabó chocando contra el suelo. Se trata de un modelo Dromader que opera desde la base de Doade.

A última hora de la tarde de ayer, un incendio en el municipio ourensano de Boborás quedó controlado. Las llamas comenzaron en la parroquia de Moreiras a las 13.16 horas y afectaron a unas 20 hectáreas. En las tareas de extinción participaron tres agentes forestales, 11 brigadas, seis motobombas, dos palas, cinco helicópteros y cinco aviones.