El grupo empresarial Sacyr reactivará la extracción de wolframio y estaño en la mayor mina de Galicia a partir del año que viene, un proyecto en el que invertirá entre este ejercicio y el próximo diez millones de euros. De esta forma, retomará la actividad en las minas de San Finx, situadas en el concello de Lousame, y que vivieron su época dorada a mediados del siglo pasado hasta ir decayendo y cerrar hace dos años.

El Consello de la Xunta aprobó ayer la concesión de los derechos mineros a la firma Tungsten San Finx, integrada en Valoriza Minería, la filial de Sacyr dedicada a esta actividad. Esta empresa esperaba concluir la tramitación burocrática para volver a extraer material de una explotación que se paralizó en 2013 y cuyos derechos de explicación adquirió.

Hace dos años, la firma que poseía los derechos sobre la mina entró en concurso de acreedores debido a sus problemas económicos. Entonces, Sacyr se hizo con las 7.000 hectáreas de la explotación para producir wolframio.

Este material, así como el estaño, están considerados "materiales estratégicos" por parte de la Unión Europea debido a sus aplicaciones tecnológicas, fundamentalmente en la fabricación de circuitos eléctricos o teléfonos móviles, así como en maquinaria pesada, debido a su dureza y alto punto de fusión.

Además, existe una excesiva dependencia del mercado asiático para lograr esta materia prima, de donde procede el 80% de la producción mundial. Por ello, los países desarrollados han comenzado una carrera para reactivar su extracción y así rebajar la dependencia exterior.

Sacyr estima que la explotación de la mina de Lousame generará 60 puestos de trabajo directos y hasta 240 indirectos. Su filial comenzará en unas semanas el proceso de selección para cubrir sus necesidades de personal.

Además, la empresa recordó ayer que solo España, Portugal y Austria producen en estos momentos wolframio en la UE. Generan el equivalente al 2,8% de la producción mundial, "siendo el potencial de Galicia muy superior a esa cifra", añade.

Ni el Gobierno autonómico ni la empresa ofrecieron una previsión acerca de la producción anual del yacimiento, que comenzó a explotarse a finales del siglo XIX, aunque insistieron en que aplicarán tecnología que reducirá el impacto ambiental y que la firma realizará una prospección para aumentar las reservas de la misma. Sacyr añadió que mejorará la planta de tratamiento para elevar la capacidad productiva y alargar su vida útil, y reactivará el funcionamiento del pozo.

La comunidad gallega fue uno de los puntos neurálgicos de la extracción de wolframio antes de la II Guerra Mundial -los nazis fijaron su atención en múltiples minas gallegas- y durante los años 50 debido a sus aplicaciones en la fabricación de armamento.

Sacyr ya estuvo interesada hace un año en adquirir la mina de oro situada en Corcoesto e incluso entabló negociaciones con la compañía Edgewater, que tenía en propiedad los derechos de explotación. La polémica vecinal y el rechazo de la Xunta al plan empresarial presentado provocaron que aparcase el proyecto.