La receta para aliviar la crisis ha sido unánime en todas las administraciones: apretarse el cinturón. Desde recortar el presupuesto, a congelar las plazas de funcionarios y prescindir de personal eventual, eliminar organismos públicos, reducir el número de coches oficiales, las dedicaciones exclusivas y el personal de confianza, eliminar móviles o aplicar programas de ahorro energético y de telefonía. Son algunas de las medidas aplicadas en ejecutivos autonómicos o ayuntamientos para evitar cerrar el balance anual en números rojos. Pero donde apenas ha metido tijera la Administración es en los salarios. Las nóminas de los presidentes regionales no entienden de color político: ya sean de derechas, izquierdas, independentistas o de cualquier otra ideología, todos mantienen salarios por encima, al menos, del triple de la media de las comunidades donde gobiernan.

A la cabeza del ranking, se mantiene el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas (CDC), con 136.834 euros anuales. Le siguen en la lista el lehendakari, Íñigo Urkullu (PNV), con 97.518 euros, y el presidente de Aragón, Javier Lambán (PSOE), con una nómina de casi 81.000 euros. Son los tres líderes autonómicos que cobran más que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien por primera vez desde que tomó posesión en 2011 se subirá el sueldo el próximo año (78.996 euros, 781 euros más). El jefe del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo, es el sexto de la lista, con una retribución de 72.002 euros, según datos recopilados por El Confidencial. El sueldo de Feijóo junto con los de otros ocho presidentes autonómicos están por encima del salario medio entre quienes ocupan este cargo: 69.354 euros, sin incluir dietas o retribuciones extraordinarias.

Además de los cuatro dirigentes autonómicos ya mencionados, también están por encima de esta media Cristina Cifuentes (Madrid), con 78.383 euros; Emiliano García Page (Castilla-La Mancha), con 74.302 euros; José Ignacio Ceniceros (La Rioja), que gana 71.886 euros; Fernando Clavijo (Canarias), cuyo salario asciende a 70.792 euros; y Juan Vicente Herrera (Castilla y León), con una nómina de 69.634 euros.

Por debajo del salario medio de un presidente autonómico están los otros ocho mandatarios: Uxue Barkos (Navarra) cobra 69.354 euros; Ximo Puig (Comunidad Valenciana), 67.615 euros; Pedro Antonio Sánchez (Murcia), 66.912 euros; Francina Armengol (Baleares), con una nómina de 65.584 euros; y Javier Fernández (Asturias), de 64.630 euros. Cierran la lista Susana Díaz (Andalucía), que gana 63.808 euros; Miguel Ángel Revilla (Cantabria), con 59.534 euros; y por último Guillermo Fernández Vara (Extremadura), con 53.213 euros.

De las diez comunidades autónomas gobernadas por PP y PSOE -cinco cada partido-, la retribución más alta se la lleva el presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán. Aunque en conjunto, son los presidentes populares los que suman unas retribuciones más elevadas: casi 22.000 euros más que sus homólogos del PSOE. De los dirigentes del PP, el salario más alto lo percibe Cristina Cifuentes en Madrid, aunque sus ingresos están muy por debajo del asignado al presidente de Cataluña, que cobra un 50% más que la media y más del doble que casi la mitad de presidentes autonómicos.

Presupuesto

Hay mandatarios autonómicos con sueldos desproporcionados en relación al salario medio de los trabajadores en su comunidad. De media, multiplican por tres el sueldo de un empleado con contrato indefinido; con la excepción el presidente de la Generalitat, cuya nómina equivale a más de cinco sueldos medios en Cataluña. En esta lista, las retribuciones del presidente de la Xunta están en el tercer puesto (3,43 veces más que el salario de un trabajador gallego), por detrás de Cataluña (5,28) y Canarias (3,54). En el extremo opuesto de la lista están Extremadura (2,49), Asturias (2,7), Cantabria (2,72) y Madrid (2,79).

Si se tiene en cuenta la partida que cada comunidad destina de su presupuesto al salario del presidente del Ejecutivo autonómico, Galicia está en el quinto puesto por la cola. Curiosamente, entre los que menos reservan de sus cuentas para el salario del mandatario autonómico están Cataluña y Madrid, junto a Andalucía y Comunidad Valenciana. Por el contrario, los que se comen un mayor trozo del pastel presupuestario en esas nóminas son La Rioja, Cantabria o Navarra.