Desde 2012 es más complicado ver fincas cerradas con viejos somieres metálicos, una práctica muy extendida en el campo gallego a la que la Estratexia da Paisaxe Galega de la Consellería de Medio Ambiente trata de poner fin junto a otras imágenes habituales del feísmo gallego como casas con fachadas de ladrillo al descubiero, hórreos revestidos de cemento o muros construidos con distintos materiales. Una de las acciones concretas que incluye esta estrategia es precisamente la definición de los criterios de construcción de los cierres de las parcelas, un tema que cobra más importancia si cabe en Galicia debido al minifundismo, con 13 millones de terrenos con una extensión media de 0,2 hectáreas y todas con sus propios límites.

Los lindes más habituales en Galicia son simples piedras conocidas como marcos que dan lugar a infinidad de pleitos entre vecinos del rural que se heredan de generación en generación porque muchos de ellos han desaparecido o se movieron con los años y resulta muy difícil saber cuáles eran los límites originales.

La Xunta y la Fundación Juana de Vega colaborarán en la elaboración de una guía de integración paisajística de los vallados en la comunidad. Este proyecto, en el que la Consellería de Medio Ambiente invertirá unos 40.000 euros, se suma a un informe anterior en el que expertos en paisaje estudiaron los tipos de cierres dividiendo Galicia en 12 áreas. Ese mapa definía unidades paisajísticas homogéneas en función de la topografía, el clima y el uso y ocupación del suelo en un territorio tan variado con el gallego y con núcleos de población tan dispersos.

El siguiente paso será completar ese documento con una guía que analice las características de las 50 comarcas integradas en esa docena de zonas. En el nuevo documento, que estará finalizado en diciembre de 2016, se recopilarán estudios sobre la incidencia de la orografía gallega en los cierres de los terrenos, además de identificar las tipologías tradicionales de vallados en la comunidad gallega según cada comarca paisajística y el tipo de paisaje, ya que cada área cuenta con una cartografía específica. Hay casi tantas formas diferentes de vallar un terreno casi como comarcas. Desde los tradicionales muros de piedra a los postes o estacas pasando por los arbustos. Y cada uno de estos lindes forman parte de la singularidad de cada comarca. En esta línea se pronunció ayer la directora de la Escola Galega da Paisaxe, al asegurar que Galicia es "una maraña de vallados", elementos que por su riqueza -aseguró- "articulan todo el paisaje" de la comunidad.

En esta guía, los expertos del grupo de investigación de la Escola Galega de Paisaxe de la Fundación Juana de Vega y el equipo técnico del Instituto de Estudos do Territorio elaborarán una lista de medidas que los vecinos deberán llevar a cabo a la hora de construir un muro para sus propiedades de forma que éste se integre en el entorno sin causar impactos negativos. Uno de los objetivos tanto de este documento como de la Estratexia da Paisaxe de Galicia en la que se enmarca es identificar las potencialidades del paisaje gallego para poder protegerlo y gestionar lo. "No se puede amar lo que no se conoce y la sociedad tiene que ser consciente de lo que le rodea", aseguró en este sentido el presidente de la Fundación Juana de Vega, Enrique Saéz.