La baja recaudación fiscal por habitante entre los ayuntamientos de Galicia, esos 146 euros al año menos que la media nacional, tiene que ver en parte por la pérdida de contribuyentes debido al envejecimiento de la población, la falta de actividad económica y las decisiones que toman los gestores públicos sobre la carga que aplican.

Por eso, también su margen de maniobra para guardar lo que pueda sobrar del presupuesto no es precisamente muy grande. Alrededor de 120 euros por vecino. La menor cantidad del Estado y 60 euros menos que en el conjunto del Estado. Frente a los 2.021 millones en ingresos corrientes en el sector local de la comunidad en 2013, los gastos corrientes ascendieron a 1.688,6 millones de euros. 322,7 millones de ahorro.

De ahorro bruto, ¿cuánto le quedaron a los concellos realmente tras afrontar las amortizaciones de deuda pendientes? El llamado ahorro neto. Pues bastante menos. Al pago de los vencimientos fueron 133,3 millones, con lo que el disponible final fueron 199,4 millones de euros. La evolución respecto a 2009 es contundente, un crecimiento del 46%. También lo es el número de concellos que pueden ahorrar. De 240 se pasan a 283, el 90%.