La leche es agua en Galicia. O eso es al menos lo que se desprende de su bajo precio. Algunos supermercados ya venden el brik más barato que la botella de agua por la crisis sin precedentes del sector lácteo. La brecha entre un litro de agua y un litro de leche se amplía hasta el punto que el agua cuesta hasta 50% más que la leche en algunas cadenas de distribución. La diferencia en la etiqueta es mínima, pero la diferencia en la producción es grande.

El Ministerio de Agricultura pretende frenar este desplome eliminando las promociones. El acuerdo lácteo, firmado el mes pasado en Madrid por los productores -excepto COAG y UPA-, la industria y la distribución, compromete a los supermercados a "valorizar la leche estableciendo medidas concretas que impidan su uso como producto reclamo en sus establecimientos que banalicen los productos lácteos ante el consumidor". El pacto también invita a promover la identificación del país de origen de la leche mediante la inclusión de esta información en los folletos promocionales y la cartelería.

A partir de estas medidas, Ramón Artime, presidente de la Interprofesional láctea INLAC y representante del sindicato agrario ASAJA, opina que la leche se dejará de vender igual que si fuese agua. "El acuerdo tardará todavía mes y medio en ponerse en marcha, pero nosotros ya estamos trabajando en esta línea", explica Artime, quien precisa que las ofertas no serán suprimidas en su totalidad. "Eso es difícil. Siempre habrá promociones para poder sacar la leche que está a punto de caducar", indica.

Por su parte, los representantes de COAG y UCA creen que el pacto lácteo no será suficiente para corregir esta situación ya que el documento carece de garantía jurídica. Es decir, no hay nada que les obligue a los supermercados a cumplir con lo que se plantea en él. El sector recuerda que "el agua es gratis", mientras que el litro de leche cuesta producirlo unos 35 céntimos.

Muy lejos de esta tarifa están los contratos firmados por los ganaderos gallegos el pasado mes de septiembre, apenas 27,5 céntimos de media frente a los casi 30 en el conjunto del país. Estos precios en origen convierten a las explotaciones gallegas en las que menos cobran de toda España pese a que su producción representa más del 40% del total en España.

La crisis en el sector lácteo gallego ha forzado a cada vez más explotaciones a deshacerse de las vacas menos productivas y de las demás edad, recortar la producción e incluso diversificar con ganado de carne.