-¿Cómo ve Cataluña?

-El proceso catalán está en una fase muy madura de construcción de un Estado independiente, pero tiene un recorrido largo, en el que sería de esperar alguna reacción en positivo por parte del Estado que permitiese negociar otro estatus.

-¿La declaración del lunes marca el camino de la independencia?

-Es un paso más, pero no el final del proceso. Si el Estado no sigue siendo tan miope, lo normal sería que negociase una reforma constitucional de alcance, reconociendo las naciones e incluso la existencia de un Estado catalán, vasco o gallego, ofreciendo una forma de vinculación en un marco diferente de tipo, por ejemplo, confederal o federal de verdad. Lo normal sería que en el Congreso se abriese un debate sobre la cuestión nacional si no quieren que Cataluña se separe. Lo importante es que Galicia esté en ese debate.

-¿Le gustaría que Galicia siguiese el camino de Cataluña?

-Galicia debe seguir su camino. Cuanta mayor soberanía, en mejores condiciones estaremos para desarrollar nuestra economía. Cataluña lleva mucho tiempo con gobiernos comprometidos con ella como nación y nosotros, 37 años de autonomía con 31 de la derecha más cerril y centralista, del PP. Eso dificultó la consolidación de una conciencia de país. Necesitamos sentar las bases para que podamos caminar hacia un escenario de soberanía.

-¿Podemos cambiar soberanía por independencia?

-No, la soberanía es algo que puede tener diferentes grados.

-El BNG defiende la independencia...

-Obviamente, pero ese momento no está a la vista. Y una independencia formal puede no corresponderse con una soberanía real.