Como dos bailarines que han perdido el paso y la sincronización, Podemos y Anova, principales socios de En Marea, suman pisotones en su relación; el último, a raíz de la conformación de la Diputación Permanente del Congreso, el órgano transitorio que asume las tareas de la Cámara en caso de convocatoria electoral. El partido de Pablo Iglesias ha desairado al partido de Xosé Manuel Beiras al dejar a En Marea como la única confluencia que no sitúa a su portavoz en el órgano, en contra incluso de la petición expresa de este. En su lugar, figuran los diputados de la coalición más cercanos al líder de Podemos: Yolanda Díaz (Esquerda Unida), como titular, y Antón Gómez-Reino (Podemos), de suplente.

En Anova reconocen sentirse sorprendidos por la actitud de Podemos y por abrir un conflicto "gratuito e innecesario" que se une a dos motivos de desencuentro entre las dos principales patas de la coalición que el 20-D logró seis diputados y dos senadores. El primero de ellos es la fórmula jurídica de la alianza, pues Anova desea un partido instrumental y Podemos y EU, el otro socio, no. El segundo, la conformación de listas, después de que Iglesias apostase por repetir candidaturas sin consultarlo con sus socios. Fuentes de En Marea insisten en que esta tomará sus decisiones de forma autónoma, aunque Podemos presente los mismos candidatos.

La Diputación Permanente ha supuesto ahora otro frente de problemas. La elección de miembros de este órgano se produjo al comienzo de la legislatura como un trámite más, pero no fue hasta ayer cuando se constituyó. Desde entonces, el contexto ha cambiado y cobra cierta importancia, sobre todo simbólica, su configuración, pues será la Cámara provisional si se repiten elecciones el 26 de junio hasta constituir de nuevo las Cortes. Además, ofrece a sus integrantes mantener su condición de aforados y sueldo, que pierden el resto de diputados al disolverse el Congreso.

Y ahí llega el problema. El viernes Anova propuso en la coordinadora de En Marea situar en la diputación a Alexandra Fernández, militante de su formación y portavoz de la coalición en el primer semestre según el reparto pactado. Podemos alegó que iba a consultar la opción de cambiar la propuesta inicial. "Y hasta ahora no hemos sabido nada", apuntan fuentes de la fuerza de Beiras. Podemos, sin embargo, sí modificó su relación original tres veces, según publicó ayer El País. De esa forma, excluyó del órgano a Sergio Pascual, fulminado por Iglesias como responsable de Organización del partido.

El agravio a Anova y el desaire a la autonomía de En Marea destaca al compararla con el resto de confluencias y cobra relevancia ante la cercanía no solo de la repetición de las generales, sino de las autonómicas gallegas. De los 60 miembros de la Diputación Permanente, 11 son del grupo "plurinacional" de Podemos, excluido de la Mesa por PP, PSOE y Ciudadanos. Los portavoces de En Comú (Xavi Doménech) y la alianza valenciana (Ángela Ballester) tienen asiento en ella, así como el núcleo duro de Podemos (Iglesias, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Irene Montero y Rafael Mayoral). "La única confluencia que no tiene su portavoz somos nosotros", se quejan desde Anova, que lamenta la decisión, aunque pide evitar más polémicas.

Por otro lado, Podemos e IU acercan posturas para sellar ya una alianza el 26-J. De concurrir juntos, evitarían un problema orgánico a una de las representantes de En Marea en la Diputación Permanente, pues el coordinador de IU, Cayo Lara, pidió el martes solucionar la "anomalía" de la presencia de Yolanda Díaz y otros dos cargos de su partido en el grupo de Podemos, en lugar de acompañando a sus compañeros de organización, con Alberto Garzón a la cabeza.