La deuda de Xestur asciende a un total de 210,5 millones de euros. Además de los 135,8 millones de euros que debe a los bancos, también tiene pendientes de pago 38,2 millones de euros a acreedores comerciales, casi siete millones de euros a proveedores y además debe devolver otros 25,1 millones de euros a sus clientes por los anticipos que depositaron.

El estallido de la burbuja inmobiliaria arrastró a los cuatro Xestures provinciales al borde de la quiebra. Los ambiciosos planes de desarrollo de parques empresariales, costeados con cargo a préstamos bancarios, naufragaron y dejaron a estas sociedades públicas endeudadas y con millones de metros cuadrados de suelo industrial sin vender.

En 2013 con la entidad, procedente de la fusión de las cuatro Xestures provinciales, al borde de la quiebra se afrontó una reestructuración financiera y se firmaron préstamos con varias entidades bancarias por un importe total de 180,8 millones de euros que debían devolverse antes de 2021. Pero las dificultades económicas continuaron y Xestur se vio obligada a renegociar sus deudas. Unificó sus préstamos en uno solo concedido por Abanca por importe de 135,6 millones, rebajando de modo importante los intereses a pagar y alargando hasta 2027 las anualidades de amortización.

El pasado año, Xestur tuvo que abonar 30,6 millones en total para amortizar parte de este préstamo, de los cuales casi 7,7 millones fueron únicamente para pagar intereses. Y para este año tendrá que afrontar el pago de otros 22 millones de euros, de los cuales 11,4 millones se corresponden al pago del préstamo de Abanca y el resto a acreedores comerciales y proveedores.

Las obligaciones económicas derivadas de su endeudamiento se reducirán a partir de 2017 cuando la cantidad a pagar anualmente baje a 11,4 millones de euros. Eso sí tardará en pagar sus deudas al menos una década más.