El pasado mes de abril, la patronal de las empresas madereras, Confemadera, rompió el diálogo con la Xunta con un duro comunicado plagado de quejas. Criticaban la "desatención reiterada, pasividad y falta de soluciones" del Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo a la modernización del sector, que entendía no atendidas sus demandas. La Consellería de Medio Rural redujo el problema a un enfrentamiento personal del presidente de Confemadera, Elier Ojea.

Uno de los problemas principales señalados por la patronal era el exceso de burocracia, tanto autonómica como municipal, que, en su opinión, no solo entorpecían el desarrollo económico, sino también cargaban de impuestos las cortas de madera.

Una de esas reclamaciones ha sido atendida para firmar la paz con la patronal y buscar soluciones para un sector clave en Galicia. Entre las directrices que se incorporarán al nuevo plan forestal se incluye la rebaja de papeleo: "simplificación y unificación de trámites administrativos de autorización de cortas, siempre supeditado al compromiso por parte del propietario de mantener las mismas especies como principales en la masa de referencia y condicionada al cumplimiento de códigos de buenas prácticas específicos".

También pretende el Ejecutivo autonómico trabajar en la mejora de la "segunda transformación" de la madera para dar valor añadido a la facturación del sector.