El BNG ha planteado que el 18 de julio, fecha en la que se cumplen 80 años del golpe de Estado de 1936, la Mesa del Parlamento organice un acto en homenaje a las víctimas de la represión de la Guerra Civil y de la dictadura franquista, y que, "en un lugar digno" de la Cámara, haya un monumento en su recuerdo. Todos los grupos de la oposición respaldaron esta iniciativa, mientras que el PP no se ha "pronunciado", según explicó el portavoz parlamentario del Bloque, Francisco Jorquera.

Su homólogo en el PP gallego, Pedro Puy, replicó que es la Mesa la que tiene que pronunciarse sobre la petición del BNG. "Yo no voy a decir a la Mesa lo que tiene que hacer; no estoy en este órgano y tengo respeto por sus miembros", sentenció, al tiempo que señaló que no conoce con exactitud los términos de la propuesta y volvió a condenar el régimen. De hecho, subrayó que la postura del PP sobre el que definió como "uno de los periodos más negros de la historia" de España está "fuera de toda duda", ya que el Grupo Popular -esgrimió- "ya condenó" en la Cámara y por votación "todo lo que supuso la dictadura y la represión". A partir de ahí, reiteró que "es una petición formulada a la Mesa".

Lo que sí rechazaron los populares fue una solicitud del Grupo Socialista para crear una Comisión de Estudo da Memoria Histórica en Galicia. Puy argumentó que este planteamiento no es "operativo ni práctico", ya que lo lógico sería que, si realmente se pretende "hacer en serio", se llevase a la Xunta de Portavoces que se constituya con el nuevo Parlamento, después de las elecciones gallegas.

Puy incidió en que el Parlamento se disolverá en breve, por lo que remarcó que esta propuesta de los socialistas se reduce a "política de gestos" e insistió en que, de pretender dar el paso para reparar a las víctimas de la represión, lo lógico sería hacerlo "cuando haya posibilidades reales de trabajar y no como un gesto de cara a la galería". La portavoz parlamentaria socialista, Patricia Vilán, contrapuso que "las víctimas, los fallecidos y sus familias merecen como mínimo una política de gestos que el PP no está dispuesto a permitir".