La fecha de las elecciones gallegas se conocerá en breve, aunque el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, no podrá conjugar su promesa de fijar la cita con las urnas en octubre y su deseo de que esta coincidiese, como ha sucedido desde 2005, con la de Euskadi.

El lehendakari anunció ayer que sus comicios tendrán lugar el 25 de septiembre horas después de que su homólogo gallego reconociese su preferencia por que se celebrasen la misma fecha, aun manteniendo la competencia "indelegable" de cada uno para firmar el decreto electoral. Además, Íñigo Urkullu reveló que Feijóo le confesó que barajaba convocar el proceso para renovar el Parlamento gallego el 2 de octubre antes de conocer su decisión. Ambos planes solo distan una semana.

Feijóo ha esgrimido durante meses la "estabilidad" de la política gallega frente a la "inestabilidad" estatal para alargar hasta otoño los comicios, en lugar de hacerlos coincidir, por ejemplo, con las elecciones generales de junio, si bien en 2012 prefirió adoptar un "adelantó técnico" para coincidir con el País Vasco.

Ahora, deberá elegir entre fijar las elecciones el 25 de septiembre o mantener su promesa y elegir octubre, si bien en el caso de que la llamada a las urnas fuese fijada el día 2 la diferencia apenas variaría nada para los gallegos. Solo permitiría al presidente gallego mantener su palabra, si bien fuentes de la Xunta matizan ahora que nunca dio el mes de octubre como un plazo cerrado. Un par de horas antes del anuncio de Urkullu, el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, insistía en la promesa. "Dijimos que iban a ser en octubre y en octubre serán", declaró.

En principio, Feijóo evita concretar cuándo desvelará la cita en rojo de la política gallega, pero fuentes de la Xunta sostienen que será en breve.

Legalmente, debe firmar el decreto de convocatoria al menos 52 días antes de la misma, aunque todo parece indicar que es una cuestión inminente. "En las próximas semanas o en los próximos días se concretarán las fechas", manifestó el presidente autonómico tras un acto en el Parlamento. "No hay novedades", respondió.

Urkullu alegó como motivo para elegir el 25-S el temor a que el bloqueo político estatal impida la configuración de un Gobierno y fuerce unas terceras elecciones generales que, en su opinión, podrían tener lugar el 23 de octubre. Su deseo pasa por tratar de que la "inestabilidad e incertidumbre de la política que se ha impuesto en España afecte lo mínimo posible" a Euskadi.

En el caso de Feijóo, acudir a la cita con las generales restaría foco y autonomía al mensaje político gallego, rebajando su estatus de nacionalidad histórica con calendario político propio.

Hacerlo antes, le evitaría cargar con el lastre del juicio a la trama Gürtel que supondrá para el PP. El día 4 de octubre arranca el proceso en el que testificarán exministros con Aznar como Acebes, Cascos, Arenas, Rato y Mayor Oreja en una causa donde se abordará la presunta financiación ilegal del PP.