Las donaciones salariales a Podemos de los diputados de En Marea que también militan en la fuerza de Pablo Iglesias supondrá un nuevo capítulo en el pulso entre sector oficial y los críticos. Estos últimos rechazan financiar a Podemos y solo prevén ceder parte de su sueldo al partido instrumental, lo que alimentará su conflicto y evidencia la complejidad de conjugar el funcionamiento de las nuevas siglas con el de las formaciones que las impulsaron.

La carta financiera de En Marea establece que cada diputado aportará a las arcas orgánicas un 5% por cada salario mínimo (SIM) -655 euros mensuales- que reciba a partir de tres sueldos mínimos líquidos -1.965 euros-. De esa forma, un diputado raso que ingresa 4.800 euros donaría un 20%. El portavoz parlamentario, Luís Villares, explicó estos datos el lunes, aunque el documento todavía no es público.

A partir de ahí, surgen las interpretaciones. El sector oficial de Podemos, que encabeza su secretaria xeral y viceportavoz de En Marea, Carmen Santos, entiende que deben ceñirse al código ético morado y donar también al partido de Pablo Iglesias. Ese sistema establece que el sueldo máximo serán tres salarios mínimos -tope impuesto también en la coalición En Marea en el Congreso que ahora se rompe y que incluye incrementos por hijos o mayores a cargo- y que el excedente se destine al partido -50%- y proyectos sociales -50%-. Se alinean con Santos los diputados de Podemos de En Marea Juan Merlo y Magdalena Barahona.

Los críticos lo interpretan de otra manera. Obtuvieron acta en la Cámara por su adscripción individual a En Marea, que nació como partido, superando la coalición, fórmula inédita de alianza de Podemos en todo el Estado y que este aceptó a regañadientes.

"Soy diputada de En Marea y me ciño a su carta financiera", respondía ayer Paula Quinteiro sobre si dedicaría parte de sus ingresos, descontando la cesión al partido instrumental, a Podemos, al que está adscrita.

También son críticos con Santos los diputados Luca Chao, Marcos Cal y Pancho Casal. Este diario solo pudo hablar con la primera, en primera línea de varias protestas contra su secretaria general en Podemos. Defendía, por ejemplo, una alianza que superase la coalición, línea roja en principio de Santos y Pablo Iglesias.

Por un lado, Chao emula el argumento de Quinteiro. "Me remito a la carta financiera de En Marea", alega. Pero añade otro. "El salario mínimo es de 655 euros al mes, pero con 14 pagas y nosotros cobramos 12", argumenta para elevar el tope de sueldo que podrían recibir desde 1.965 euros a 2.292: serían igualmente tres SIM. "Hasta saber cómo se liquidarán los gastos no sabremos si tenemos excedente [susceptible de donar a Podemos]", finaliza.

Fuentes de la Secretaría de Organización de Podemos estatal explican que legalmente no pueden aplicar "medidas coercitivas" a quien incumpla su código ético, pero también reconocen que no han estudiado el caso gallego, único donde sus inscritos tienen cargo público, pero por otro partido. Dejan el asunto en manos de la formación en Galicia. En casos de alianzas municipales de Podemos y otras fuerzas, se aplicó el código interno, apuntan fuentes de la dirección gallega, que aún no se ha planteado qué medidas tomar si alguno de sus diputados no se ciñe a su código ético.

Entre los impulsores de En Marea existe disparidad de criterios. Anova prevé eximir a sus dos diputados -de 14 que tiene la formación- de la donación de 1.000 euros que realizaban sus cargos en la coalición AGE, criterio que seguirá Cerna con su única parlamentaria. Sí lo hará Esquerda Unida con Eva Solla, vicepresidenta segunda de la Cámara. "Lo establecido es ceder un tercio del salario con un tope de tres SIM, pero no está cerrado porque nunca tuvimos alguien en la Mesa del Parlamento", dice Rubén Pérez, secretario de Organización de EU. Manuel Lago y Ángeles Cuña son independientes, como Villares.