El mercado inmobiliario gallego no da, según los promotores, para hacer mucha magia con los precios. Primero, porque en la comunidad no existió el stock de vivienda vacía nueva que sí se acumuló en otras zonas más afectadas por la burbuja del ladrillo. Segundo, porque la evolución de las ventas no pisa el acelerador por cuestiones como la demanda atenuada por la pérdida de población y el atasco urbanístico que se vive en las dos principales ciudades de Galicia, A Coruña, y Vigo, algo que Javier Garrido Valenzuela espera que se vaya solucionando. De ahí que la vivienda acumule en la comunidad un encarecimiento este año del 2,7% -un 5,1% en el caso de los pisos nuevos y un 2% en los de segunda mano, los que suman más operaciones-, mientras que en el conjunto del Estado vaya ya por un 4,1%, según los datos publicados ayer por el INE hasta el tercer trimestre. El alza en 2015 en Galicia fue del 1,7% y la media nacional se situó en el 4,2%.