La Xunta se ha propuesto sustituir de forma progresiva los bosques de eucaliptos por árboles autóctonos. Su objetivo es sembrar un millón de castaños en los montes gallegos y ya ha dado el primer paso para ello. De aquí a marzo costeará la plantación de más de 50.000 ejemplares. Es el fruto cosechado en la primera orden de ayudas para incentivar el cultivo de esta especie y que se ha encontrado por el camino con varias trabas que han limitado el impacto inicial de las subvenciones previstas -que hubieran permitido financiar hasta 100.000 árboles, según los cálculos del sector-. Finalmente solo se aceptaron 140 de las 400 solicitudes presentadas para plantar castaños. Además del incumplimiento de los requisitos técnicos para hacer estas plantaciones, la dificultad para identificar la propiedad de las tierras impidieron que hubiese un mayor número de beneficiarios.

De los 2,6 millones de euros que la Xunta ofrecía en ayudas para plantar castaños, se han desembolsado solo 790.000 euros. El dinero que quedó sin gastar se incluirá, sin embargo, en la siguiente convocatoria para incentivar esta especie autóctona que la Consellería de Medio Rural está ya preparando.

Según el último inventario forestal del Ejecutivo autonómico, los eucaliptos copan una de cada diez hectáreas de masa forestal. Su proliferación ha sido muy rápida en los últimos años y el problema es que ha ido desplazando a especies autóctonas de Galicia como el roble o el castaño.

En Portugal ya tomaron medidas y han decidido congelar la expansión del eucalipto hasta el año 2030 al tiempo que prevén incrementar la extensión de robles y castaños un 40%.

Los avances de la Consellería de Medio Rural para frenar el eucalipto no son tan drásticos y sigue permitiendo plantar eucaliptos en la mayor parte del territorio, aunque con restricciones. Así, por ejemplo la Xunta prohíbe esta especie en aquellos montes poblados por árboles autóctonos y también pone ciertos límites para evitar que aumente la extensión de las superficies de eucaliptales. A raíz de las Directrices da Paisaxe, el Gobierno gallego busca ir más allá al vetar cualquier ejemplar en las áreas consideradas de especial interés paisajístico y que ocupan el 10% del territorio. De forma paralela Medio Rural quiere repoblar los bosques con especies autóctonas. En el Plan Forestal se plantea, por ejemplo, incentivar con rebajas fiscales la plantación de árboles propias de la comunidad autónoma como robles, castaños, cerezos, nogales, fresnos o abedules.

La primera gran medida de impulso para la repoblación con especies autóctonas que ha puesto en marcha la Xunta ha sido, sin embargo, la concesión de ayudas para financiar la plantación de castaños. En junio del pasado año se sacó una convocatoria dotada de 2,6 millones de euros que permitiría la plantación de alrededor de 1.000 hectáreas, unos 100.000 árboles aproximadamente.

Las ayudas, dirigidas a particulares, agrupaciones de propietarios y comunidades de montes, cubren el 80% de los costes, y servirán para financiar desde la preparación del terreno, la adquisición del árbol a la propia plantación. La subvención será de un máximo de 2.200 euros por hectárea.

La convocatoria, sin embargo, se encontró con varios tropiezos que enfriaron la expectativas iniciales de plantación de castaños. Su resolución se demoró más de lo previsto debido a las severas exigencias técnicas que motivaron las quejas del sector. Medio Rural se vio obligada a suavizar algunos requisitos como la pendiente del terreno.

Pero además los viveros advirtieron de que no serían capaces de suministrar la cantidad de árboles que preveía plantar la Xunta porque el proceso de producción de estos ejemplares puede alargarse hasta ocho años.

Las ayudas tenían que estar resueltas el mes de julio y las plantaciones deberían haberse acometido antes de diciembre. Sin embargo, tal y como reconoce Medio Rural, "hubo un ligero retraso". Y además por razones agronómicas y biológicas para que el castaño arraigue en la tierra debe trasplantarse antes de marzo.

Pero al retraso en la convocatoria hay que sumar que solo prosperaron un 35% de las solicitudes presentadas. El rechazo a la mayoría de las peticiones que se tramitaron ante la Xunta se debe, por un lado, al incumplimiento de los requisitos técnicos recogidos en la orden de ayudas, pero también a la dificultad de los propietarios para justificar que son los titulares de los terrenos.

Para beneficiarse de la ayuda debían presentar la documentación que los acreditaba como dueños de las fincas, pero una de las características de la propiedad en Galicia es precisamente que muchos terrenos están sin delimitar ni identificar en el Catastro y que muchas tierras y montes que se heredan de padres a hijos están sin registrar oficialmente.

El departamento de Ángeles Vázquez recalca que, en todo caso, los fondos no empleados en esta convocatoria serán reinvertidos. "Se trata de ayudas del Feader que siguen vigentes durante todo el periodo de programación del Plan de Desenvolvemento Rural 2020".

Además, explican que ésta ha sido solo la primera convocatoria y que van a continuar en los próximos años hasta alcanzar la cifra comprometida por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, de un millón de castaños plantados.