Adif encargó hace seis meses, en septiembre de 2016, el certificado europeo de interoperabilidad, clave para permitir la circulación segura e ininterrumpida de trenes y del que carece la línea Ourense-Santiago desde su inauguración, en diciembre de 2011. Año y medio después, en julio de 2013, se produjo el siniestro del Alvia, en el que fallecieron 80 pasajeros y más de un centenar resultaron heridos.

La entidad pública empresarial, dependiente del Ministerio de Fomento, alegó en marzo de 2014 ante el Juzgado número 3 compostelano que esta línea estaba excluida "de las definiciones establecidas para los sistemas ferroviarios transeuropeos", de ahí que no contase con el correspondiente certificado "CE" de interoperabilidad. Sin embargo, en julio de 2015, 16 meses después de este reconocimiento expreso y 24 meses después de la tragedia que también dejó 144 heridos, Adif inició el procedimiento para acreditar la línea como interoperable.

Fuentes de Adif consultadas por Europa Press han expuesto que "el certificado de interoperabilidad, vinculado a la movilidad ferroviaria europea, incluye un sistema de seguridad europeo, pero eso no significa que las líneas sin certificado de interoperabilidad tengan alguna carencia de seguridad". Esgrimen, asimismo, que "en Europa hay países, como por ejemplo Francia, que tampoco tienen líneas interoperables, pero no por eso son menos seguras".

En la víspera del Día de Galicia, el maquinista conducía despistado a pocos kilómetros de la estación santiaguesa pues había recibido una llamada telefónica del interventor. No obstante, además de esta, la instrucción judicial trata de establecer si hubo otras responsabilidades penales, lo que se ha traducido en la reciente citación en calidad de investigado del exdirector de seguridad en la circulación de Adif.