El turismo gallego empezó el año pasado a hacer su agosto de nuevo y a recuperar la ocupación precrisis en verano. También esta Semana Santa logró récord de visitantes, lo que permitió adelantar la temporada alta un par de meses porque muchos negocios ya se quedarán abiertos esperando a la época estival. Pero al sector todavía se le resiste combatir la desestacionalización y el invierno continúa en cifras bajas. En el primer trimestre, los hoteles de la comunidad recibieron 555.259 viajeros, un 5% menos que en el mismo periodo del año pasado, lo que supone una media de 300 menos al día, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Estas cifras están influenciadas, sin embargo, por la Semana Santa, que en 2016 se celebró en marzo y supuso un repunte de viajeros ese mes, mientras que este año cayó en abril.

Solo la provincia de Pontevedra se mantuvo ajena a esta tendencia al lograr un 1,7% más de turistas hasta alcanzar los 168.607. En números absolutos, casi la mitad de los visitantes -unos 263.011- se decantaron por la provincia de A Coruña, un 3% menos que el año pasado. En el interior de la comunidad, Lugo perdió la quinta parte de turistas y registró en el primer trimestre 65.038. En Ourense, el descenso fue menos acusado con un 12%, aunque es la provincia gallega con menos viajeros al quedarse por debajo de los 59.000.

Entre las zonas más turísticas solo las ciudades de A Coruña y Vigo ganaron afluencia con un aumento del 10% y el 13% respectivamente, a diferencia de la capital gallega que recibió un 5% menos de viajeros, igual que la media gallega. En las urbes del interior las cifras son peores con una caída del 12% en Ourense y un 14% en Lugo. No solo se redujo el número de visitantes en Galicia sino que se quedaron menos noches, por lo que las pernoctaciones entre enero y marzo también bajaron. La caída fue de un 9%, del millón contabilizado en 2016 a las 987.765 de este ejercicio.

Los hoteles de la comunidad solo consiguieron ocupar la quinta parte de sus plazas en los tres primeros meses del año, lo que convierte a Galicia en la comunidad con menos ocupación hotelera, 21 puntos menos que la media nacional a pesar de mantener las cifras del año pasado con una leve subida del 0,6%. En Canarias desconocen, por el contrario, que es la temporada baja al cerrar el trimestre con siete de cada diez habitaciones ocupadas. A Coruña y Pontevedra superan la media gallega con un 23,77% y un 21,5% de ocupación de enero a marzo. Ourense se queda cerca de esa marca con un 21,17% de cuartos vendidos y Lugo baja la media al llenar solo el 17% de su planta hotelera. La provincia lucense es la que peor evolucionó respecto a 2016 con una caída de hasta tres puntos en las habitaciones cubiertas. En Ourense la variación también fue negativa aunque más leve con una caída de menos de un punto.

Junto con la desestacionalización, la recuperación de la rentabilidad es otra de las asignaturas pendientes del turismo gallego. Ya es habitual que Galicia aparezca siempre como la autonomía más barata para irse de vacaciones y en el primer trimestre de este 2017 ocurrió lo mismo. Los hoteles gallegos solo cobraron una media de 49 euros por habitación, un 38% por debajo de los 78 euros de la media nacional. La diferencia con Canarias, la comunidad donde es más caro alojarse, supera los 40 euros. El sector ni siquiera pudo mantener las tarifas de la temporada baja de 2016 y registró una bajada del 2%. Esa es la razón de que los ingresos de los negocios se redujeran en la misma proporción y solo ganaran por cada cuarto 13 euros, también el dato más bajo de toda España.