Multa, detracción de puntos, trabajos en beneficio de la comunidad, decomiso del vehículo, retirada del permiso de conducir e incluso el ingreso en la cárcel. En muchas ocasiones, la amenaza de sanción a los conductores que se ponen con una copa de más al volante no surte efecto. Y para casos de multirreincidencia, con un porcentaje elevado de infractores con dependencia del alcohol, tampoco la pena de prisión. Los jueces sientan en el banquillo a diario a decenas de infractores interceptados con una tasa de alcohol superior a la permitida (0,60 miligramos por litro).

Solo en los cuatro primeros meses del año, hasta un total de 222 automovilistas fueron juzgados por un delito de alcoholemia en carreteras de la provincia de A Coruña, según los atestados abiertos por agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. O lo que es lo mismo, cada día dos conductores coruñeses se enfrentan a penas de prisión por ponerse al volante en estado de embriaguez.

Pese a las reiteradas campañas de concienciación y el refuerzo de la vigilancia en carretera, los positivos por alcoholemias apenas han disminuido durante los últimos años en Galicia. De hecho es la segunda comunidad autónoma, solo por detrás de Andalucía, con más denuncias por alcohol al volante. Y la tercera, junto con Andalucía y Comunidad Valenciana, con más positivos por consumo de drogas.

El mensaje no cala

La radiografía de los accidentes mortales ocurridos en las carreteras gallegas y el balance de positivos en los controles realizados por la Guardia Civil revelan lo complicado que resulta que cale el mensaje sobre el riesgo que supone conducir tras haber consumido alcohol.

Un estudio pionero realizado de manera conjunta entre Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil arroja datos alarmantes: uno de cada tres conductores responsables de accidente mortal en la comunidad -bien fallecido o herido- da positivo en alcohol (no solo había bebido sino que la tasa estaba por encima de 0,25 mg/l) y/o había consumido alguna sustancia estupefaciente.

Juicios por delitos de tráfico

No son los robos ni las agresiones. Los delitos de tráfico copan la mayoría de las vistas convocadas en los juzgados gallegos: casi la mitad de los juicios son por conductas de riesgo al volante. Y a la cabeza, el consumo de alcohol y las conducciones sin permiso (bien por haber sido retirado el carné por sentencia judicial o por haber agotado todo el saldo de puntos).

Por circular con tasas de alcohol tipificadas como delito, las patrullas denunciaron en la provincia de A Coruña entre enero y abril a 222 conductores. Y por ponerse al volante pese a carecer de carné, otros 144 infractores coruñeses fueron llevados a juicio en los cuatro primeros meses del año.

En los dos últimos años se ha logrado contener el cada vez mayor número de conductores juzgados por delinquir en carretera. En el caso de los automovilistas llamados a juicio por circular bajo los efectos del alcohol, la reducción en la provincia de A Coruña es de apenas un 2,3%, ya que pasó de los 701 atestados por alcoholemia de 2015 a los 685 contabilizados el año pasado.

Donde se aprecia un mayor descenso es el número de conductores sorprendidos al volante pese a carecer de permiso de circulación. Hasta un total de 349 interceptados en vías de A Coruña fueron juzgados en 2016 por quebrantamiento de condena al ponerse al volante pese a haberle sido retirado por orden judicial o por haber agotado todos los puntos del permiso y no haber acudido a los cursos de reeducación vial para la recuperación de créditos. Un año antes, habían sido un total de 413 atestados por este delito de tráfico en A Coruña, lo que se traduce en un descenso el ejercicio pasado del 15,5%.