Amarillo, azul, verde, gris o verde oscuro y rojo. Estos son los colores de los contenedores que hay repartidos por las calles para hacer una correcta separación de los residuos urbanos. En el amarillo van los plásticos y las latas; en el azul, el papel y el cartón; en el verde, el vidrio; en el rojo, aunque es poco habitual, los desechos peligrosos, como por ejemplo las pilas, y en el gris o verde oscuro, el resto de residuos que no entran en los otros contenedores.

Galicia no es una comunidad con una gran cultura del reciclaje. De las 1 7 autonomías, la gallega el año pasado ocupó el puesto 13 con 38,8 kilos de envases reciclados por habitante. Fue menos de la mitad de los 87,4 kilos por vecino de Baleares, los 84,2 de Navarra o los 76,3 del País Vasco. La media nacional supera los 47 kilos, casi un 22% más que el nivel de reciclaje en Galicia.

Si el análisis se realiza por concellos el mapa es muy dispar. De los 15 más con más población (las siete ciudades y otro ocho ayuntamientos por encima de los 29.000 habitantes), Santiago lidera el ranking autonómico con 53,6 kilos reciclados por habitante. Entre los seis primeros se encuentra también A Coruña, con 41,6 kilos por vecino, en el tercer puesto; Narón, el cuarto, con 41,4; Oleiros, quinto, con 41,2, y Culleredo, sexto, con 39,1. De los 15 concellos de mayor tamaño, el de Pontevedra cierra la clasificación con solo 26,9 kilos por habitante, según los datos de Ecoembes y Ecovidrio, que se encargan de gestionar este tipo de reciclaje en toda España.

Los tres contenedores más habituales son el amarillo, el azul y el verde. En el primero van las botellas y envases de plástico, como productos de higiene y limpieza tarrinas, bandejas, envoltorios y bolsas; los envases metálicos, como latas, bandejas de aluminio, aerosoles, botes de desodorante tapas y tapones metálicos, y los briks de leche, zumos o sopas. En el contendor amarillo también deben ir las latas de conservas y de refrescos y esto último es uno de los principales errores que se cometen a la hora de reciclar.

De los 15 ayuntamientos gallegos con más población, los habitantes de Santiago fueron los que más usaron este contenedor. En 2016 depositaron una media de 15,6 kilos por habitante. Les siguieron los de Vilagarcía con 16,5 y los de Ferrol con 16,5. A Coruña se sitúa a la cola con solo 8 kilos por persona. La media gallega fue de 10,3 kilos.

En el contenedor azul se debe depositar todo tipo de papeles y cartones, como envases de alimentación, calzado, productos congelados o papel de envolver. Periódicos, revistas o folletos publicitarios, entre otros, también se deben alojar en estos contenedores. De nuevo fueron los habitantes de Santiago los que más hicieron uso de estos depósitos con 21,7 kilos por persona durante el pasado año. Les siguieron los de A Coruña con 19,2 kilos y los de Narón con 16,2. Cerraron la clasificación de los 15 ayuntamientos con más población que menos papeles y cartones reciclaron Carballo, Arteixo y Ames con 8,2 kilos. La media gallega fue de 13,3 kilos, y la nacional, de 18,1.

El tercero de los contenedores más habitual es el verde donde hay que depositar el vidrio. En él van las botellas de vino, cava o licores; los frascos de perfume o colonias o los tarros de mermeladas, conservas y vegetales. Las empresas que se dedican al reciclado de los envases de vidrio piden que se elimine cualquier tipo de material como tapones de corcho, metales o papel que pueda contener las botellas o envases. La tapa de estos envases hay que depositarla, por norma general, en el contenedor amarillo.

Oleiros, con 17,8 kilos de vidrio, y Carballo, con 17,5, fueron los concellos con más población que más hicieron uso del contenedor verde. La tercera posición fue para Santiago con 16,3 kilos. Por provincias, en A Coruña se reciclaron el año pasado 16,6 kilos de vidrio por habitante; en Pontevedra, 14,6; en Lugo, 14,3, y en Ourense, 12,8.