El día 30 se cumple un año del nacimiento de En Marea como aglutinador del espacio de la confluencia -envuelto ahora en un cruce de caminos en el que parece gestarse su propia fractura de Amio, el lugar donde el BNG se partió en 2012-. El plenario del pasado sábado evidenció que Luís Villares mantiene el apoyo mayoritario como líder, pero también que el rumbo trazado es denostado por los que son sus compañeros, mientras desde fuera otro de sus aliados, Podemos, se desmarca de la unidad. El símbolo de este callejón fue el de Xosé Manuel Beiras, fundador de Anova e impulsor de AGE en 2012, sin poder hablar en el plenario de la organización que lidera la oposición en Galicia.

Villares negó ayer que existan "motivos de calado" para que alguien se "descuelgue" del proyecto, pero la tensión interna se plasmará en un nuevo plenario en seis meses. Hasta ahora, la radiografía muestra una paz difícil de alcanzar.

E¿Quién es quién? En Marea nació impulsada por Anova, Esquerda Unida y mareas locales como Marea Atlántica, pero se sumaron otras fuerzas como la FPG. A un mes de las autonómicas, lanzaron como candidato a Villares.

EBandos. Con el paso del tiempo las fricciones comenzaron, especialmente entre Villares y Marea Atlántica. El primero era cuestionado por ser considerado demasiado moderado y este se sentía maltratado tras haber sido candidato. Beiras le apoyó.

EPrimer choque. Villares y los principales motores de En Marea se presentaron de forma conjunta a las primarias en enero, a pesar de sus enfrentamientos y al veto a que el exjuez compatibilizase su puesto de portavoz parlamentario y orgánico. La dirección de Anova, Marea Atlántica y los miembros de Podemos que participaban en el proyecto querían alejarse del modelo tradicional de los partidos, ofrecer una imagen de horizontalidad y convertir a Villares en uno más. Pese a asumir esa propuesta, este y sus afines se aliaron con grupos minoritarios para ungirlo como principal referente del partido.

EViejas heridas. La maniobra de Villares fue considerada una traición por quienes se tienen por impulsores del proceso de unidad popular y supuso también que supurasen viejas heridas. En la coordinadora actual de En Marea se sientan dos figuras de Cerna, colectivo escindido de Anova y que supuso dos bajas la legislatura pasada en el grupo de AGE: Consuelo Martínez y Mario López Rico, que, otrora, fuera colaborador de Beiras.

EProyectos. La dirección de Villares niega cualquier renuncia al proyecto de unidad popular, aunque en algunas cuestiones opta por mensajes que no impugnan el "régimen actual". Su figura cuenta ya con atribuciones similares a las de un secretario xeral, lo que ha despertado la ira de sus contrincantes. Éstos afean la construcción de un "aparato" tradicional y acusan a la coordinadora de convertir En Marea en aquello contra lo que dicen luchar. A ello se unen los insultos de traidores o cínicos, agudizados en el debate salarial. La dirección elevó el salario para los cargos de 2.100 euros a 3.000 tras retirar la compensación a quienes, como Villares, perdiesen dinero en política.

EPodemos. A un día del plenario, el partido de Pablo Iglesias no solo se desmarcó de En Marea y evidenció que quiere operar como coalición, sino que la acusó de vicios de la "vieja política". La tensión se trasladará ahora al grupo de En Marea, que tiene 14 diputados, siete de los cuales son de Podemos: tres oficialistas y cuatro críticos con la cúpula gallega.

EDesmovilización. En la asamblea de Vigo del año pasado participó un millar de personas, aunque Villares recibió 8.000 votos en las primarias para ratificarlo como candidato. El pasado sábado acudieron al plenario de Santiago 486 de los 1.000 inscritos.

EAlcaldes del cambio. Xulio Ferreiro (A Coruña), Martiño Noriega (Santiago) y Jorge Suárez (Ferrol) indujeron el nacimiento de En Marea, rechazando una coalición con Podemos que, de facto, existe ya. Solo el último acudió al plenario, lo que destacó Villares. El regidor compostelano replicó ayer: "Soy propietario de mis silencios y de mis ausencias" .