Tras ocho jornadas de huelga y la amenaza de que el conflicto se hiciera indefinido, la patronal y los sindicatos pactaron la pasada semana una hoja de ruta compuesta por ocho reuniones a nivel provincial y gallego que desembocarán en una última cita el 2 de agosto en la que, si antes no se ha llegado a un acuerdo, se volverá a activar la huelga. Ayer, las mesas provinciales de A Coruña y Ourense fueron las encargadas de inaugurar las reuniones y ambas acabaron sin avances. Hoy le toca el turno a las de Pontevedra y Lugo y mañana se volverán a reunir la patronal y los sindicatos a nivel gallego para comprobar cómo van las negociaciones.

En A Coruña, que en principio es una de las provincias donde antes se puede llegar a una acuerdo, la reunión fue fructífera, pero no lo suficiente para cerrar un pacto. El escenario de las conversaciones se movió entre la propuesta de los sindicatos, del 3,6%, y la contraoferta de las compañías, del 2,2%. El convenio no se renueva desde 2015.

En Ourense, donde el acuerdo es más complicado y los sindicatos plantean un aumento que llegue hasta el 3,8%, fuentes sindicales criticaron que "parte de la patronal" que identifican con Autocares Anpián mantuvo una "postura rupturista, sin ningún tipo de diálogo" y "bloqueó" un posible acuerdo al vincular sus dudas con la puesta en marcha de la primera fase del plan de reordenación de líneas de la Xunta. El convenio colectivo de Ourense lleva sin actualizarse desde 2012.