El decreto sobre los primeros 100 metros de litoral, que previsiblemente entrará en vigor antes de que finalice el año, facilitará a los propietarios de viviendas o construcciones en esa franja realizar pequeñas obras de mantenimiento o modernización, como pintar fachadas, sustituir ventanas o adecentar su estado general. Ahora se necesita una licencia municipal para ese tipo de obras, pero con la nueva normativa tan solo será necesaria una declaración responsable, lo que rebajará el tiempo de espera de la luz verde administrativa.

Solo existe una condición: que las actuaciones "no impliquen aumento de volumen, altura ni superficie" de las construcciones y que, lógicamente, estas estén legalizadas.

En esa zona, se mantiene la opción de realizar desmontes, levantar muros de hasta tres metros de altura, talas de árboles siempre que no sean masivas y la construcción de pequeñas vías de comunicación que no podrán superar un tráfico de 500 vehículos al día de media anual. También podrán habilitarse campamentos de turismo, pero tendrán vetado el uso de instalaciones fijas. Todas estas acciones requerirán de autorización autonómica.

El decreto también permite la celebración de espectáculos y actividades recreativas y deportivas en la esa franja del litoral, si bien deberán tener "carácter temporal, corta duración y con instalaciones de naturaleza desmontable", según el borrador de la Consellería de Medio Ambiente.