Cinco meses. Es el tiempo que lleva ya inmovilizado en las inmediaciones de un peaje de la AG-55 el turismo de una vecina de Cee tras ser interceptada en sentido contrario en la autovía que une A Coruña con Carballo el pasado mes de agosto. Ningún familiar pasó a recogerlo tras el incidente protagonizado por la conductora, de 47 años, ni tampoco el juzgado que instruye la causa procedió a la retirada del vehículo, un Opel Corsa gris.

Desde la Guardia Civil de Tráfico reconocen que se trata de un caso "excepcional" debido a la negativa del entorno de la conductora a hacerse cargo de la retirada del coche, una situación que deja su traslado en manos del tribunal de Carballo en el que han recaído las diligencias abiertas. A diferencia de la Policía Local, que tiene depósitos para custodiar vehículos intervenidos, la Guardia Civil no dispone de este tipo de instalaciones.

El vehículo permanece estacionado desde que ocurrieron los hechos en el peaje de la AG-55 en sentido Malpica y Carballo. Los conductores que circulan habitualmente por esa vía de pago se encuentran en cada uno de sus trayectos con el Opel Corsa intervenido, flanqueado por tres conos, los mismos que los agentes colocaron el pasado 10 de agosto, cuando interceptaron a la conductora tras circular durante 29 kilómetros y a 150 kilómetros por hora. Los primeros indicios apuntaron a un intento de suicidio debido a la velocidad estratosférica a la puso el vehículo y el forcejeo con los agentes una vez interceptada.

A la altura del kilómetro 58, a la altura de Baio, la mujer se incorporó a la AG-55 hacia Fisterra, pero en sentido contrario y por el carril izquierdo. Otros usuarios relataron que la mujer circulaba entre 140 y 150 kilómetros por hora. Agentes de la Guardia Civil de Carballo y varias patrullas de la Agrupación de A Coruña intervinieron en el dispositivo, durante el que cerraron los peajes y cerraron las barreras. Una vez retenida, la conductora fue enviada al centro de salud de Carballo y de ahí a una unidad psiquiátrica.