Cinco días después de que Galicia, Asturias, Aragón y Castilla y León sellasen una alianza de intereses comunes para defender de forma conjunta la reforma del modelo de financiación autonómica, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, confirmó que el nuevo sistema "tendrá en cuenta" la despoblación y la dispersión, precisamente una de las principales reivindicaciones que ese grupo de comunidades autónomas planteó en su declaración institucional el pasado lunes en León.

Rajoy realizó el anuncio en Zaragoza, la capital de una de las autonomías (Aragón) que firmó el manifiesto junto a Galicia, durante su intervención en la convención nacional del PP sobre Familia y Conciliación.

El presidente del Gobierno insistió en que es necesario aprobar un nuevo modelo de financiación, entre otras cosas, como quiso recordar, porque el Partido Popular votó en contra el vigente sistema, que salió adelante promovido por el PSOE. Por eso, apeló a los socialistas para que "pasen del discurso y se sienten a hablar y a buscar entendimiento".

Rajoy admitió que la empresa de alcanzar un pacto sobre financiación autonómica "no es tema fácil", pero advirtió de que los ciudadanos necesitan que sus representantes se esfuercen para llegar a acuerdos, especialmente entre el PP y el PSOE porque son los partidos que gobiernan la mayor parte de las comunidades autónomas.

En este contexto, añadió que el PP con solo 137 de 350 diputados en el Congreso no puede aprobar la reforma de la financiación autonómica, algo esencial para mejorar la calidad de los servicios público. De ahí la importancia de la participación de los socialistas.

En este sentido, Rajoy anunció que el nuevo modelo de financiación de las comunidades "tendrá en cuenta" la despoblación y la dispersión. "La despoblación se está convirtiendo en un problema capital en nuestro país, por lo que lo vamos a poner en la agenda nacional y el primero que propondrá soluciones es el PP", aseguró Rajoy, en referencia a que en enero del pasado año se marcó el compromiso, tras adoptarlo así la Conferencia de Presidentes Autonómicos, de elaborar la Estrategia Nacional para el Reto Demográfico.

Sin embargo, este plan debía ser presentado antes de acabar el año 2017, pero no se hizo. Y precisamente, en la declaración que firmaron Galicia, Asturias, Castilla y León y Aragón se reclamaba la conclusión y divulgación de esa estrategia para frenar la sangría demográfica.

Elecciones en 2019

Las cuatro comunidades, con sus presidentes al frente, reclamaron el pasado lunes al Gobierno central que "de forma inmediata" definiera ya el nuevo modelo de financiación autonómica para esquivar las tensiones políticas que se van a vivir el próximo año 2019 con la convocatoria de elecciones municipales y autonómicas.

Galicia y los otros tres territorios con los que se alió comparten similares características sociales y demográficas. Sus poblaciones envejecidas y dispersas contribuyen a aumentar, por encima de la media nacional, el gasto específico derivado de estas dos circunstancias. De ahí que, cuando la apertura del debate sobre la financiación autonómica parece cada vez más inminente, pongan el acento en la necesidad de contar con más recursos para garantizar la prestación de los servicios, especialmente los vinculados con el envejecimiento de la población y la dispersión de sus territorios.

Las cuatro autonomías quieren una financiación que sea igual para todos los españoles, que garantice el mismo nivel de calidad de los servicios públicos con independencia de la capacidad fiscal de cada comunidad, que haya más recursos financieros y que a la hora de calcular la aportación del Estado, se tenga en cuenta la dispersión poblacional y el envejecimiento.

"No podrá haber, en ningún caso, privilegios económicos o sociales", advierten los cuatro presidentes ante la posibilidad de que se aproveche el nuevo modelo para primar a determinadas comunidades o reajustar la deuda de los territorios con más números rojos.

Esta alianza la firmaron dos comunidades del PP (Galicia y Castilla y León) y otras dos del PSOE (Asturias y Aragón). Mientras por parte del Partido Popular fue bien recibida, no sucedió lo mismo con los socialistas. Los presidentes de Extremadura y de Valencia cargaron contra el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, por crear ese frente común, advirtiéndole de que esa no era la forma idónea para avanzar en un nuevo modelo de financiación, aunque de esa forma estaban criticando a los presidentes del PSOE de Asturias y Aragón.