La propuesta inicial de reforma de la Política Pesquera Común (PPC), presentada en julio por la comisaria de Pesca, Maria Damanaki, no convence a la presidenta de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo (PE), Carmen Fraga, que considera que algunos aspectos no quedan lo suficientemente claros y otros se pasan por alto pese a su importancia para mejorar la gestión de la actividad en el futuro.

-¿Qué le parece el planteamiento del que parte Bruselas para reformar la PPC?

-Es una primera propuesta sobre la que tenemos que trabajar el PE y el Consejo y el resultado será lo que ambos acordemos. El capítulo de la regionalización de las decisiones no se trata para nada y, pese a tener un apartado específico, carece de contenido. Es prioritario y habría que darle la entidad que merece.

-La flota tilda a la comisaria Damanaki de ecologista...

-Uno de los puntos negativos de la propuesta es que se centra demasiado en el aspecto medioambiental. Defendemos la sostenibilidad pero no solo la medioambiental sino también la social y económica. Ese equilibrio falta en la propuesta y es un asunto que habrá que matizar.

-¿Cuál cree que es el aspecto más positivo que plantea la CE?

-Los derechos individuales de pesca. En principio se fija la transferencia solo entre empresas del mismo país pero, como creo que el sistema va a funcionar, puede ser una etapa transitoria para después extenderlo a todo el mercado comunitario. Eso está incluido en la propuesta y es un paso adelante. Acabaría con una de las lacras más perjudiciales para la pesca española y gallega, el principio de estabilidad relativa -el sistema de reparto de cuotas entre países- que quedó obsoleto. Los derechos individuales de pesca darán lugar a un reajuste y un equilibrio de flotas y posibilidades de pesca que hará que la actividad sea más sostenible y eficiente desde el punto de vista económico.

-Damanaki plantea eliminar los descartes -capturas no deseadas que son devueltas al mar ya muertas-. ¿Lo ve factible?

-La CE fija unas fechas límites que no se entienden fuera de un plan de gestión. No trata el tema con el rigor necesario. Soy partidaria de prohibir los descartes pero no se aclara si se descontarán de la cuota o quedarán fuera. Con decir que queremos acabar con los descartes no se soluciona el problema.

-También propone la consecución del Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) -el nivel máximo de capturas que garantiza la continuidad de la pesca a largo plazo- en 2015. Los armadores lo consideran excesivo.

-La comisaria es muy maximalista, muy medioambientalista. El RMS, tal y como está planteado en la propuesta, es una solemne tontería e imposible de cumplir porque en una pesquería multiespecífica no se puede alcanzar el rendimiento máximo de todas las especies a la vez. La Comisión se crea una obligación que no aparece en Johannesburgo, donde se dice que se debe conseguir el RMS, en la medida de lo posible, en 2015. Esa flexibilidad se elimina y debería existir porque en dos o tres años es imposible alcanzarlo. Si se prohibiese totalmente la pesca del bacalao en el Báltico, no se alcanzaría el RMS en 2015.

-¿Cuál sería la mejor forma de alcanzar este rendimiento máximo sostenible?

-Debería fijarse el RMS en cada uno de los planes de gestión de las pesquerías en función del estado de cada una. Los planes plurianuales de pesca deben ser el hilo conductor y a partir de ellos fijar el objetivo de reducción de descartes, de rendimiento máximo, las medidas técnicas adecuadas a la zona y también un marco para limitar el intercambio de derechos individuales de pesca, lo que permitiría acabar con las preocupaciones de algunos estados miembros que temen la concentración de posibilidades de captura.

-Una de las claves de la propuesta de Damanaki es que las decisiones se basen en informes científicos y no en la negociación política. ¿No es contradictorio que se pretenda decidir todo en base a los estudios científicos cuando se reconoce que deben mejorarse?

-No es que los informes no sean buenos, es que son pocos. Hay poco dinero para la investigación y ese es otro problema. Si queremos tener una buena gestión debemos contar con información y no la hay porque hay poco dinero. El problema es presupuestario, no que no haya voluntad de mejorar la información. Estamos lejos de tener suficientes datos de los caladeros y hay que intentar mejorar este aspecto.

-La propuesta de la CE habla de reducir la capacidad de la flota. ¿Está de acuerdo?

-A nivel general hay una sobrecapacidad que lleva a la sobrepesca y eso a la ineficiencia económica además de dañar el recurso. ¿Como se aborda el tema? Creo que cambiando el modelo de gestión.

-Damanaki habla de reducir el número de buques pero sin conceder subvenciones...

-No comparto la idea de eliminar todas las ayudas al desguace a partir de la reforma. Para que la nueva política sea eficiente a la mayor brevedad hay que seguir destinando durante unos años, aunque sea un periodo de transición, subvenciones al desguace para orientar la reforma en esa dirección. Es contradictorio querer luchar contra la sobrecapacidad y eliminar las ayudas al desguace.

-Las principales reivindicaciones de la flota gallega eran la eliminación del principio de estabilidad relativa y la fijación de las cuotas de pesca por días de faena, por esfuerzo, y no mediante Totales Admisibles de Capturas (TAC). La propuesta ni las cita. ¿Hay que descartarlas?

-Soy muy crítica con el sistema de TAC y cuotas porque el único modelo fiable para un mejor control de la pesca, el más sencillo, es el basado en el esfuerzo. ¿Cómo se pueden controlar las descargas de los miles de barcos que tenemos en España? Es imposible. De hecho, la CE usa ya el sistema de esfuerzo en algunos planes de gestión porque no se fía de los TAC y cuotas.

-¿Hay muchos países que apoyan el sistema por días de faena?

-Por desgracia, ningún país, a excepción de España, quiere oír hablar de esfuerzo a pesar de que el modelo de TAC y cuotas provocó sobrepesca, sobrecapacidad y no corrigió los problemas. Hay una escasa rentabilidad del sector y hay que ir a modelos de gestión que reduzcan la capacidad y sean rentables. La Comisión nos tanteó a todos y nadie quiere el sistema de esfuerzo, no quieren mayor control. Es muy poco factible que se apruebe.

-¿Y la estabilidad relativa?

-Curiosamente, Portugal, un país que está en una situación similar a España, defiende la estabilidad relativa. No sé por qué hay países poco beneficiados que apoyan el sistema actual. Es una aberración y no tiene sentido porque el modelo se quedó obsoleto. Países como Alemania tienen cuota y no flota mientras otros como España tienen muchos barcos y los cupos no le llegan.

-¿Hay que actualizar el reparto de las posibilidades de pesca?

-Debería ajustarse porque el objetivo del principio no se cumple. Habría que fijar de nuevo la estabilidad relativa en base a lo que se pescó en los últimos cinco, seis o diez años. Pero todos se revuelven y España está muy sola. Es difícil lograrlo.

-De los países con los que hay contactos, ¿cuáles están más cerca de la postura española?

-Dinamarca, Holanda y Reino Unido, que va en la buena dirección salvo tendencias radicales y extremas de renacionalización. Otros son inmovilistas 100%, como Alemania y Francia. Es muy contradictorio: todos dicen que la pesca está mal pero después no aceptan los cambios.