Los marineros que faenan en las reservas marinas de Lira y Cedeira asisten con preocupación a la posible reducción o eliminación de los fondos que la Xunta destina a financiar la vigilancia de las zonas protegidas. La Consellería do Medio Rural e do Mar evitó aclarar a preguntas de este diario si renovará el contrato de vigilancia que cofinanciaba hasta ahora -junto con el Fondo Europeo de la Pesca- con la empresa Tragsa, pero algunos de los operarios de esta compañía han recibido la notificación oficial de rescisión de su contrato laboral a partir del próximo lunes, fecha en la que caduca dicho convenio. Fuentes del sector aseguran además que la Consellería ya les ha trasladado su pretensión de que sean las cofradías de pescadores las que asuman los trabajos de control, una tarea para la que no disponen de medios ni personal, lo que en su opinión, pone en peligro el mantenimiento de la reservas.

Los cinco años de vida de la reserva de Lira y los tres de la de Cedeira han significado un cambio sustancial para los pescadores afiliados a ambas cofradías, que han basado su trabajo de estos años en la búsqueda de fórmulas para la sostenibilidad pesquera y la conservación de la biodiversidad y que temen que la decisión de la Xunta pueda tirar por la borda estos esfuerzos. "Si la Consellería arroja este proyecto por la borda como si fuera un descarte y no lo apoya como es su deber, estará desanimando hasta la depresión a nuestro sector pesquero, ya desanimado suficientemente", dice uno de los afectados.

La Reserva Marina de Interés Pesquero Ría de Cedeira cumplió tres años en marzo. "Hemos notado una mejora en los principales recursos pesqueros, con un incremento tanto en las capturas como en el tamaño de algunas especies clave gracias a una pesca sostenible y responsable, que no produce descartes, no causa daños a los ecosistemas, que contribuye a la gestión sostenible e integral de la costa y promueve la diversificación", aseguran sus usuarios. Los pescadores participan y deciden sobre la gestión de la reserva y observan los beneficios derivados de su gestión. Su plan de gestión anual ha demostrado un alto grado de responsabilidad y compromiso: establecimiento de nuevas zonas de veda para cría de especies y aumento de las tallas mínimas de captura en algunos casos de hasta un 50%. Esto en un espacio natural que antes veía reducirse su capacidad productiva y ahora ha incrementado la biomasa y las capturas.

Pero es que además, la creación de la reserva de Cedeira supuso el impulso definitivo a la definitiva construcción y puesta en marcha de la depuradora de aguas residuales, que produjo una considerable mejora de la calidad de las aguas y, en consecuencia, de las zonas de pesca, como lo demuestra el paso de la zona clasificada como B a zona A para el cultivo de moluscos bivalvos.

Protección ambiental

La protección de la ría fue fundamental en la paralización de macroproyectos industriales y empresariales que determinadas sociedades pretendían instalar en la comarca y que llevarían a una total degradación de un paraíso natural enclavado en la red Natura 2000. A la riqueza pesquera se suman además los proyectos turísticos que han atraído visitantes y fomentado el nacimiento de asociaciones culturales y deportivas creadas al amparo de las propias reservas marinas.

Los problemas de financiación no hacen sino ralentizar el proceso cuando, en 2014, la entrada en vigor del nuevo reglamento del FEMP debe proporcionar ayudas ya previstas para la gestión, recuperación y seguimiento de zonas marinas protegidas. Así se prevé en el capítulo Desarrollo sostenible de la pesca de esta normativa.

La cofradía de pescadores de Cedeira espera que "los difíciles años" que quedan por delante no signifiquen un retroceso que ponga en peligro la supervivencia de la contribución de Galicia al Convenio de Biodiversidad de Naciones Unidas que exigía que el menos un 10% de la superficie marina en 2012 estuviera protegida "y en Europa llevamos menos del 0'5%", aseguran.