La batea es uno de los productos más autóctonos de Galicia. Los incendios y las plagas o el cambio en la forma de gestionar el monte de eucalipto, la materia prima de la que se nutren los polígonos bateeiros, hacen, según Alberto Serrano, responsable de la división de acuicultura de Tepsa, que cada vez sea más complicado acceder a madera de calidad a un precio razonable.

La alternativa que propone su empresa, perteneciente al Grupo Industrial Plásticos Ferro, es construir las plataformas con el mismo material que ya utiliza su compañía para distribuir el pescado en las lonjas del país, el polietileno. Esta materia prima, que facilita la división química de Repsol, debería considerarse el "jamón ibérico de los plásticos" por su calidad, o al menos eso defendió ayer Serrano al destacar que se trata de un compuesto "inerte" y "no tóxico", lo que considera un extra que garantiza la calidad alimentaria.

Pero esta solo es una de las "ventajas" que ayer quisieron mostrar Tepsa y Repsol a bateeiros de las Rías Baixas en una presentación celebrada en O Freixo (Outes). Esteban Gimeno, director de UN Poliolefinas de Repsol, destacó la "resistencia" y la "flexibilidad" del material, junto al presidente y consejero delegado de Ferro y Tepsa, José Marcial Doctor. Este último resaltó que la batea "necesita alternativas que le den sostenibilidad, futuro y funcionalidad".

Por otra parte, Serrano enfatizó que las bateas de polietileno "mejoran el rendimiento del cultivo", ya que la flexibilidad de la estructura "reduce en un 80% el desprendimiento del mejillón con el mal tiempo" y la diferencia de altura entre carga y descarga es muy pequeña, por lo que no necesita pesos cuando se vacía.