La tecnología puede llegar a sustituir a los observadores científicos que controlan la actividad pesquera, al menos en aguas donde la seguridad esté comprometida, como es el caso del Índico, donde la pesca se realiza bajo la permanente amenaza de la piratería. De este planteamiento arranca la experiencia en la que se ha embarcado la flota atunera española que faena en ese peligroso océano y que consiste en instalar en los barcos instrumentos tecnológicos y hasta cámaras que registren la actividad en los pesqueros y todos los datos del trabajo a bordo "al minuto".

De hecho, algunos barcos de la flota atunera española en el Índico, que enrola a decenas de tripulantes gallegos, ya están en "fase de pruebas" y el sector tiene en marcha procesos de validación de los equipos tecnológicos para adaptarlos a las formas de trabajar a bordo y establecer protocolos asumibles por las autoridades responsables del control. El secretario general de la patronal pesquera española Cepesca, Javier Garat, que integra a las organizaciones sectoriales que representan a la flota atunera, explicó el proyecto a este diario. "De lo que se trata es, por razones de seguridad, de dotar a los barcos de observadores tecnológicos, electrónicos, que puedan hacer el mismo trabajo de control que un científico sin comprometer la seguridad", señaló Garat.

Esta estrategia se plantea en paralelo con la denominada Iniciativa Transparencia que promueve el sector para garantizar una actividad "sostenible" tanto desde el punto de vista ambiental como del sociolaboral o el de la seguridad alimentaria.

Y entre los objetivos de esta iniciativa la flota española se ha comprometido cumplir con un "ambicioso" programa regional de observadores, que pretende "dotar con el 100% de cobertura a toda la flota", como el propio sector expuso esta misma semana al Gobierno y en línea con el convenio del Ldrac (Consejo Consultivo Regional de la Flota de Larga Distancia de la UE), la organización donde se integran más de 20 países africanos con intereses pesqueros.

Garat explicó que con la presencia de observadores se pretende que "verifiquen y sean testigos de lo que ocurre a bordo" y, para el caso de los terceros países, la pretensión es lograr un programa regional de observadores de forma que, entre todos los países ribereños "se pueda coordinar el envío de observadores" para lograr mayor eficacia en la lucha contra la pesca ilegal. Pero además la flota española se ha comprometido a implantar un sistema de covigilancia, es decir, usar los propios atuneros españoles que faenan en terceros países o aguas internacionales para detectar y denunciar actividades ilegales a los países en cuyas aguas se estén produciendo. "Nuestros armadores y patrones ya lo están haciendo, pero queremos que exista un protocolo y así lo hemos propuesto a las organizaciones competentes", indicó Garat.