El buque Thunder, perseguido por pesca ilegal de merluza negra, se hundió finalmente en Santo Tomé y Príncipe en "circunstancias sospechosas" el pasado mes de abril, según informó la ONG ecologista Sea Shepherd. Los barcos de la organización Bob Barker y Sam Simon rescataron a los 40 tripulantes del pesquero, incluidos el capitán, los oficiales y los marineros que lograron subir al bote salvavidas antes del hundimiento sin registrarse heridos. A ellos les suministraron comida y agua.

El Thunder tuvo pabellones en el pasado de empresas con sede en Combarro (Pontevedra) o Ribeira (A Coruña), así como de países como Panamá, Seychelles o Nigeria, según la lista negra de barcos de pesca ilegal de la Comisión para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos de la Antártida.

El Bob Baker persiguió durante cuatro meses por el océano Austral, Índico y Atlántico al Thunder, un barco que Sea Shepherd define como "el más infame" de su lista de los seis bandidos, buques acusados de pesca ilegal de merluza negra -que tiene un alto valor económico- vulnerable en el océano Austral.

Otros dos de los seis bandidos, el Viking y el Kunlun, fueron detenidos por las autoridades en Asia Sudoriental en marzo y los capitanes de ambos buques fueron arrestados por delitos relacionados con la pesca.