A diferencia de lo que sucede en otros sectores, los xeiteiros racionan bien las posibilidades de pesca con las que cuentan, por escasas que sean. La flota gallega del xeito solo capturó el 78,5% de la cuota de sardina de la que disponía hasta septiembre, 149,2 toneladas de las 190 estipuladas en el plan de gestión de la especie para esta arte que el sector pactó con la Xunta en junio. Así se lo comunicó el Ejecutivo gallego a la Federación Galega de Confrarías de Pescadores y a la Organización de Productores Artesanales de Galicia (Opaga) durante la reunión que mantuvieron el pasado jueves para analizar los datos de consumo del recurso.

El plan de gestión de la sardina que elaboró el Gobierno central a principios de año (ante la delicada situación biológica del recurso) reservó solo 200 toneladas para los 427 barcos gallegos que pescan la especie con esta arte. La flota pactó entonces con el Ejecutivo gallego distribuir esa cantidad por meses con el objetivo de estirar la pesquería y realizar más capturas del pescado en las épocas en las que éste logra mejores precios (en verano).

Según los datos facilitados de la Xunta (provisionales, al faltar las cifras correspondientes a los últimos días de faena de septiembre), la flota del xeito dispone todavía del 25% del cupo, unas 50 toneladas de sardina que las embarcaciones tratarán de consumir durante este mes ya que el plan de la Xunta establece un periodo de veda de dos meses, para noviembre y diciembre. "A mediados de octubre nos volveremos a reunir para analizar de nuevo los consumos. En el caso de que no lleguemos a agotar la cuota, pediremos a la Consellería do Mar que modifique la resolución y permita faenar a los barcos hasta final de año", explicó el presidente de los pósitos gallegos, Tomás Fajardo.

Los xeiteiros propusieron el plan de gestión a la Xunta en febrero pero no comenzaron a aplicarlo hasta junio, lo que provocó que en mayo hubiesen consumido más cuota que la prevista (44 toneladas frente a 30), una situación que la flota consiguió revertir con la regulación. "Era la única forma de organizarnos. Si continuásemos con la pesca olímpica, un mes de abundancia podría cerrarnos la pesquería para el resto del año", apuntó el también patrón mayor de Porto do Son.