Achacan a Franco tal dicho, al referirse a cómo quedaría España cuando él ya no estuviese a las riendas del país. El de Ferrol dejaba su predio atado y bien atado en cuanto al futuro. Y así nos fue.

Lo mismo sucede ahora con el reparto de cuotas de pesca para el cerco, a cuyos representantes se ha citado para hoy en Madrid ante los responsables de la Secretaría General de Pesca, donde el pescado está ya vendido. Es decir: se sabe desde el martes por la tarde cómo va a ser el reparto de cuotas, con 5.000 toneladas más de jurel para el sector. Lo que no se sabe a ciencia cierta es si la Secretaría General de Pesca está decidida a modificar los criterios de reparto, que es donde inciden los armadores de los 120 barcos que integran la Asociación de Cerqueros de Galicia (Acerga), porque ellos quieren igualar a todos con el objetivo de que incluso aquellos barcos que ahora no tienen cuota puedan disponer de lo mismo que fue concedido a los demás. De no ser así, apuntaba horas antes de poner rumbo a Madrid, ayer por la tarde, José Blanco, presidente de Acerga, los barcos que tienen más cuota van a lograr incrementar esta si los criterios de reparto son, como a priori parece, los actuales.

Para ese viaje a la nada no hacen falta ningún tipo de alforjas.

Lo dicho: atado y bien atado.

No se entiende. Como tampoco se entiende el juego de denominar sardina atlántica o boquerón atlántico en una especie de vano intento de disociar ambas especies de lo que hasta ahora ha sido "ibérica". ¿O es que tan sólo se pretende que en tales pesquerías se impliquen los barcos de la vertiente atlántica de Galicia y Andalucía?

Con la mosca tras la oreja partían ayer hacia Madrid los representantes de Acerga, de ARVI... Y sin saber exactamente quién va a hablar en nombre de la Federación nacional de Cofradías de Pescadores, cuyo presidente, Genaro Amigo, está convaleciente de una enfermedad.

A última hora de esta tarde se sabrá algo. Pero los ánimos van caldeados.