Estamos en época de silencio. O de silencios, así, en plural. Nadie da respuesta al planteamiento de la asociación Venus Nux (de profesionales del sector pesquero del litoral mediterráneo andaluz) y de un buen número de cofradías de pescadores de Galicia, Asturias, Cataluña. Levante y Andalucía sobre la necesidad de cambios en la junta directiva de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores que preside el malpicán Genaro Amigo Chouciño. Este ha rechazado la invitación a opinar al respecto porque, ha dicho, "ya he dado todo cuanto tenía que dar y ahora tendrán que ser otros los que lo hagan". De aquí la frase tan marinera: Si no hay viento... habrá que remar.

Se supone que Amigo Chouciño, que debe ser relevado en las próximas elecciones (debido a que ya no reúne las condiciones necesarias para repetir en el cargo, si quisiera hacerlo) al haber cesado como patrón mayor del pósito de Malpica tras su jubilación, entrega el testigo de la presidencia de la FNCP y lo hace en un momento de dificultad económica para la Federación consecuencia de la reducción de las ayudas procedentes de la Secretaría General de Pesca y de las disminución de los aportes de las cofradías españolas que contribuyen al sostenimiento de la entidad nacional.

La noticia, facilitada por este diario, de la petición de dimisión no ha sorprendido en los círculos marítimo-pesqueros. Posiblemente, tampoco a los más directamente afectados, aunque estos opten por el silencio y dejen que pase el tiempo.

Sin embargo, es el momento de explicar qué es lo que está ocurriendo en el seno de una organización nacional de cofradías de pescadores a la que los solicitantes de la dimisión de su junta directiva piden que aclaren la situación actual y cómo se ha llegado a ella después de haber dado pasos de gran trascendencia no sólo para la pervivencia de las cofradías y sus organizaciones provinciales, autonómicas y nacional, sino para ampliar sus posibilidades de servicio al sector y a la propia sociedad, como fue en su momento la creación de una estructura de lonjas en la que se había depositado una gran confianza.

Las cofradías nacieron, según algunos datos existentes, en la Edad Media. Y el sector quiere conservarlas. Nadie -salvo algún sindicato y partido político- está en su contra. La petición de dimisión de la estructura orgánica de la Federación Nacional no significa el cese de actividad de estos entes de carácter público y sin ánimo de lucro. Obedece, más bien, a un intento de regeneración para potenciar al máximo sus muchas posibilidades.

Reclaman savia nueva, nuevos armadores y trabajadores del sector que encaucen adecuadamente esa estructura para defender con conocimiento de causa a un sector que, de seguir así, pronto dejará de serlo, engullido en el maremágnum de los ordenamientos comunitarios y la desajustada distribución de cuotas pesqueras por parte de la Administración central.