La campaña de sardina ibérica comienza hoy para toda la flota del Cantábrico Noroeste, una pesquería de especial relevancia para los cerqueros. El sector confía en encontrar buenos bancos de la especie para poder salvar un comienzo de año marcado la escasez de capturas ante la ausencia de las especies principales que capturan, sobre todo en el norte de la comunidad. "Tal y como están las cosas, si aparece sardina vamos a tener que pescarla", lamenta el portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García, que recuerda que, de momento, la flota no encuentra el jurel esperado -"tan solo alguna pieza grande"- y que, debido a esto, se está centrando en capturar albacora (bonito). "Se ve muy poco jurel por el momento: en la zona sur se pesca casi con normalidad pero en el norte se está retrasando un poco", aclara García.

La flota "necesita" que aparezca jurel, la especie principal de las tres más importantes para el cerco, junto a la xarda y la sardina. "Lo que queremos es ver si podemos retrasar la pesquería de sardina lo máximo posible", resalta el portavoz de Acerga, que agrupa a la mayoría de barcos de cerco de Galicia.

García explica que el sector esperaba que fuera un año "mejor que el pasado". "Al rebajar la cuota, sin embargo, tendremos que seguir adaptándonos, como siempre", lamentó el también patrón mayor de Sada.

Precisamente, el Gobierno publicó el sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el plan de ordenación de la pesquería de sardina para este año, que establece una cuota total de 14.000 toneladas, lo que significa una reducción del 26% en relación con las 19.009 de 2015. Este año el tope mensual será de 750 toneladas al mes para toda la flota, con una limitación de 3.000 kilos semanales para las embarcaciones del Cantábrico Noroeste.

La sardina está sometida desde 2014 a un plan especial conjunto con Portugal para recuperar la especie. Ambos países pactaron un máximo de 10.000 toneladas de capturas hasta julio, cuando revisarán el estado del recurso y decidirán si elevan las posibilidades de pesca.

El año pasado se descargaron 3.307.527 kilos de sardina en las lonjas gallegas, que se vendieron por casi siete millones de euros. Las subastas de esta especie descendieron un 31,2% respecto a 2014 por el amarre y las protestas del cerco durante el último trimestre del año. La cuota disponible también fue menor que en 2014, cuando los puertos gallegos recibieron 4.808.416 kilos de sardina.