Un percebeiro de 50 años falleció ayer tras ser rescatado, junto a su hijo de 26 años, por los medios de salvamento en las inmediaciones de cabo Silleiro, en la localidad pontevedresa de Baiona. El hombre murió como consecuencia de un infarto que sufrió mientras trabajaba en la extracción de este crustáceo.

Miembros de la Confraría de Pescadores de Baiona solicitaron asistencia sanitaria al 112 de la Axencia Galega de Emerxencias (Axega) alrededor de las 12.30 horas de ayer, poco después de enterarse de la situación. La llamada alertó de que se creía que el trabajador había sufrido una parada cardiorrespiratoria.

Axega avisó a Urxencias Médicas, a Bombeiros do Baixo Miño y a Salvamento Marítimo, que coordinó la operación desde el centro de salvamento de Vigo y movilizó al helicóptero Pesca 1, dependiente del Servizo de Gardacostas de Galicia, para que acudiese a las inmediaciones del faro de cabo Silleiro, donde se hallaba la víctima.

Padre e hijo estaban inmersos en la extracción de percebes desde tierra cuando el progenitor sufrió un infarto, por lo que el hijo acudió a auxiliarle, según explicaron fuentes del Servicio de Salvamento Marítimo (Sasemar).

El padre fue izado a bordo por el rescatador del helicóptero de la Xunta, que procedió a trasladar a la víctima hasta el aeropuerto de Vigo, donde le esperaba una ambulancia medicalizada para llevarlo a un hospital. Los facultativos, sin embargo, solo pudieron confirmar el fallecimiento del percebeiro.

Mientras, el hijo fue rescatado por la embarcación Percebe tres, que se encontraba faenando en las proximidades del cabo Silleiro. La tripulación procedió a subir al percebeiro a bordo y los trasladó hasta el muelle pesquero de Baiona. Una vez allí, según informaron fuentes del 061, fue trasladado hasta el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo en una ambulancia asistencial en la que también iba el médico de atención primaria de Baiona.

Los efectivos de Salvamento Marítimo también tuvieron que movilizarse ayer, en este caso en la provincia de A Coruña, para remolcar a puerto un pesquero artesanal que quedó a la deriva como consecuencia de un fallo mecánico. La embarcación se quedó sin gobierno con cuatro tripulantes a bordo cuando faenaba frente a la costa de Fisterra (A Coruña) y fue remolcada al puerto de Porto do Son.

El Canizas Veiga, buque de madera con base en Noia y una eslora de 12,7 metros, pidió auxilio tras sufrir una avería a primera hora de la tarde. Sasemar movilizó la embarcación Salvamar Regulus, que se encargó de remolcar el barco averiado al puerto sonense.