Tratar de salvar un año nefasto. Es el objetivo que se han fijado las pesqueras asentadas en Argentina y que ayer volvieron a zarpar al caladero en busca de pota gracias a una campaña extraordinaria validada por el Gobierno y el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep). Empresas como Profand han decidido enviar uno de sus dos poteros a la zona de pesca para comprobar si la biomasa se ha recuperado al fin después de sufrir los efectos más graves de la historia del fenómeno de El Niño. Fandicosta, con dos poteros en propiedad, también probará suerte.

De acuerdo al último informe técnico del Inidep las capturas entre febrero y el pasado 20 de junio fueron de 49.053 toneladas, casi un 60% menos que el año anterior, con un promedio de menos de diez toneladas diarias por buque (normalmente se superan las 25).

Los barcos están autorizados a faenar lo que se conoce como el desovante de primavera, aunque la elevada temperatura de las aguas entre marzo y mayo restan optimismo a los armadores. La tonelada de pota se paga un 60% más cara que el año pasado.