Los dos palangreros que sufrieron estos percances en sus respectivas pesquerías no son los únicos. Uno de los casos más recientes y que todavía sigue coleando envuelve a un patrón cangués, Juan Cadabón, y el buque arrastrero Praia de Areamilla, que fueron retenidos más de ocho meses en Senegal.

Su pesadilla comenzó el 11 de octubre del año pasado, cuando el patrón y su tripulación fueron detenidos por las autoridades senegalesas y acusados de faenar en aguas territoriales. "Hay pruebas de que el pesquero iba a una velocidad de ocho nudos y de que las redes estaban recogidas", decía Cadabón.

Durante cuatro meses estuvo retenido en el barco, de la casa armadora canguesa O Pilo, y luego otros tantos en un hotel de Dakar pagado por la propia empresa dueña del buque, al que Senegal solicitaba unos 700.000 euros en concepto de fianza.

El pasado 23 de junio llegó a O Hío, en Cangas. Desde entonces, Cadabón tuvo que volver a Dakar el pasado 21 de julio para un juicio que fue aplazado. Sin embargo, no quiere saber nada del país. Ahora maneja otras opciones, entre ellas una para ir de segundo en un buque que faena en el Atlántico noroeste (NAFO).