El Ministerio de Fomento acepta liberar de responsabilidad a las cofradías de pescadores en el caso de accidentes en la recolección subacuática de recursos, caso de la navaja o el erizo, pero mantiene como exigencia que haya un mínimo de cuatro tripulantes a bordo de estos barcos. Se trata de un requisito que para los profesionales es absolutamente inviable e imposible de cumplir si se tienen en cuenta las características de la flota gallega. El sector aboga por una reunión a tres bandas, en la que estén el Ministerio, la Consellería do Mar y las propias cofradías para intentar buscar una solución que ofrezca amparo legal a los cerca de 600 profesionales que trabajan en toda Galicia.

Fomento trabaja en la redacción de una nueva ley sobre las normas de seguridad en las actividades subacuáticas, en las que se incluye la extracción marisquera. Uno de los problemas es que no hace distinciones entre los buceadores que trabajan en obras industriales o dragados y los recolectores submarinos, a los que exige un plan de seguridad con los mismos requisitos. Ese plan debía ir firmado por las cofradías, con lo que en caso de un accidente los pósitos y sus patrones mayores serían los responsables ante la ley. El presidente de la Federación Provincial de Confrarías de Pescadores de Pontevedra, José Antonio Gómez, reconocía ayer que la mayoría de cofradías de la provincia no estaban dispuestas a firmar un documento que implicase semejante responsabilidad.