El nivel de células tóxicas -esta vez toxina paralizante (PSP)- ha remitido en aguas gallegas, lo que permitió reabrir trece polígonos bateeiros a la extracción de mejillón, con lo que los productores afectados pueden retomar su actividad. El pasado viernes cerraron de golpe 21 zonas de cultivo de mejillón ante la aparición de un nuevo episodio tóxico.

Los vientos de componente norte o nordeste frenaron el avance de las células tóxicas e incluso las hicieron retroceder, de ahí que los niveles bajaran y ayer fuera posible reabrir esas trece zonas productoras. ¿Qué va a suceder ahora? Pues dado que los niveles siguen siendo altos en la boca de las rías lo más probable es que los cierres vuelvan a producirse e incluso se conviertan en generalizados en próximas semanas.

"En cuanto vuelvan los temporales y llegue de nuevo el viento del sur la toxina nos llegará hasta la cocina", explican bateeiros consultados. Mientras tanto, los productos se afanan en trabajar en aquellos polígonos con autorización para hacerlo.