O dicho de otro modo: éramos pocos y parió la abuela.

A ver si me explico: cuando, desde hace años, estamos desguazando barcos de pesca, la Consellería do Mar se pone de antojo e intenta solventar el grave problema que significa para la pesca la inexistencia de relevo generacional y pretende convertir -mediante una más o menos generosa aportación de dinero contante y sonante- al personal joven (menores de 40 años) en armadores o propietarios de barcos de pesca.

Para ello asegura la aportación de un máximo de 75.000 euros en calidad de subvención para la adquisición del primer barco. Más o menos el 25% del coste teórico de la embarcación. El requisito indispensable para el solicitante de la ayuda es una antigüedad de cinco años -mínimo- como marinero, o bien disponer de la titulación profesional que acredite su capacitación para responsabilizarse del buque que quiere adquirir.

¡Y, ya!: tenemos barco, tenemos armador -posiblemente también patrón- y ahora, hale hop, a buscar tripulación.

Será, sin duda, otro barco en busca de cuota de pesca. Otro barco cuyo armador tendrá que recurrir a una -o varias- hipoteca. Se empeñará hasta las orejas y, en un par de años, se unirá al coro de lamentos porque la Secretaría General de Pesca no modifica el sistema de repartos y los TAC y cuotas que distribuye la Comisión Europea no dan para pensar en que el presente va a permitir defender barco, tripulantes, seguros, combustible, tasas portuarias, etc. con la parte de esa cuota de miseria que se adjudica a los pesqueros gallegos.

¿Cuál es el objetivo de la Consellería do Mar y, en general, del Gobierno gallego al haber aprobado en su último Consello una medida de estas características? ¿Cuánto va a tardar el armador en desguazar esa nueva unidad de pesca, cuánto esperarán los bancos para reclamar el abono de las cuotas mensuales de la hipoteca contraída por el nuevo armador? ¿Sabe este por la Xunta que si es el suyo un barco de nueva construcción, carece de derechos históricos de pesca y que, con un poco de suerte, tan solo podrá pescar unos escasos días en las campañas a las que pueda acceder? ¿Sabe que, de ser un barco de segunda mano que no pesca desde hace algún tiempo, no dispone de derechos de pesca más allá de un par de calamentos de redes y vuelta a empezar? ¿Informa la Consellería do Mar de lo que de verdad es ser armador de un barco de pesca? ¿Está jugando a potenciar la acuicultura desde planteamientos como el citado y aprobado en el Consello del pasado jueves?

Creo que, sencillamente, la abuela ha tenido un antojo y, ahora que está de moda ser madre a los 60 años, la abuela se olvida de que en Galicia sobran barcos, faltan cuotas de pesca y con mucha dificultad su propuesta va a ser de alivio para un sector que se muere a plazos.

La medida no sé si es descabellada, pero creo que solo sería válida si las condiciones para poder pescar en el caladero nacional Cantábrico Noroeste fuesen muy otras y estas no están en la mano del Gobierno de Galicia.