Si los montes gallegos vieron crecer en sus laderas y cumbres centenares de aerogeneradores, parece que el mar no se va a quedar atrás: pronto habrá en nuestras costas molinos de aire que mandarán a casa a los pescadores.

El viento les hará girar. El fondo del mar será su sostén. Los parques eólicos, el banco del que se servirán firmas internacionales que, al tiempo que arrumban en los puertos los barcos de pesca, se enriquecerán a costa de los que tendrán como compañera de fatigas la mayor de las pobrezas. La ruina acecha.

La producción de energía por esas turbinas eléctricas instaladas en el mar no va a significar ningún tipo de mejora económica para los armadores y tripulantes de los más de 4.000 barcos de pesca de todo tipo censados en la comunidad gallega. La instalación de esos aerogeneradores marinos, si bien puede permitir el servicio de energía eléctrica a miles de viviendas en Galicia, impedirá que las embarcaciones de pesca con base en puertos gallegos puedan aproximarse a sus estructuras. Estas se ubicarán en zonas en las que habitualmente pescan los barcos de bajura, lo que obligará a su amarre porque no tendrán ninguna posibilidad de faenar más allá de las zonas que ocupen los parques eólicos.

Los resultados en cuanto a la generación de energía eléctrica seguramente serán buenos para aquellos que los instalen para aprovechar las olas o los vientos, pero no llevarán comida a las casas de los marineros ni peces a las lonjas.

La producción de electricidad ya es un hecho en otros lugares de Europa. Cuatro de esos generadores ya se han instalado en aguas de Escocia y otros cuatro se instalarán, al parecer, próximamente. Producirán energía eléctrica capaz de alimentar unos 20.000 hogares. En Tarragona y Málaga se están haciendo pruebas. Se espera que no tarde mucho el que Galicia se sume al plan de las empresas eléctricas, entre estas Iberdrola. Pero ¿quién va a mantener los barcos y los más de 20.000 tripulantes de estos? ¿Qué piensa hacer el Gobierno para que un territorio como Galicia, altamente dependiente de la pesca, se vea forzado a renunciar a un modo tradicional de ganarse la vida por parte de muchos de sus habitantes?

¿Comeremos vatios, pagaremos nuestras deudas en kilovatios, los presupuestos municipales se basarán en megavatios?