La conselleira do Mar, Rosa Quintana, afiló a finales de septiembre la aguja de las esencias y expresó el compromiso de la Xunta de reforzar el papel de las cofradías de pescadores y sus federaciones para avanzar en la cogestión. Para conseguirla, dijo, es necesario ahondar en la dotación en capacidades de interlocución, comunicación y representación. Dejó claro que los pescadores deben ser ejemplo para las futuras generaciones y asegurar el relevo generacional para fijar población en el litoral de Galicia.

En este planteamiento radica, sin duda, el futuro de poblaciones enteras dependientes de la pesca en la comunidad gallega.

Era hora de que la máxima autoridad en materia pesquera en Galicia se expresara de forma tan rotunda. Ella sabe como pocos en nuestra tierra lo que las cofradías de pescadores significan para el sector y para la propia comunidad de trabajadores de la pesca. Por ello, aunque el convencimiento de la Xunta ha de demostrarse en el tiempo, PARABÉNS, conselleira.

Y cuadre, por favor, las cuentas: a ver cómo hace compatibles su compromiso con las cofradías y sus federaciones provinciales y gallega con ese otro que el Gobierno al que usted dedica también su esfuerzo ha contraído -al igual que el de Madrid- con la acuicultura.

Ojo, conselleira. No hay cogestión en la pesca con la acuicultura que se pretende para Galicia y España, con la excepción del marisqueo y las bateas.

La expresión del compromiso de la Xunta con las cofradías ha abierto nuevas esperanzas. Especialmente entre aquellos pósitos que agonizan por culpa de las deudas contraídas y que no se deben estas, exclusivamente, a una mala gestión. Ésta ha de ser supervisada por la Consellería do Mar y los organismos dependientes de la Xunta en materia económica. Aplíquense el cuento: el compromiso no ha de ser entregar subvenciones sin más. Estas deben ser seguidas al céntimo y que cada pósito justifique todo cuanto movimiento ejecute, tanto de las cuotas de sus socios como de las ayudas otorgadas para reflotar estas entidades de derecho público o bien contribuir a que las más boyantes se mantengan y sostengan su condición de corporaciones sin ánimo de lucro al servicio de los pescadores, mariscadores y percebeiros.

Así hablaremos todos el mismo idioma.