Desconozco qué recorrido puede tener el proyecto de Irlanda de competir claramente -y en este caso con ventaja- con Galicia a la hora de beneficiarse de la pesca realizada en el enorme caladero de Gran Sol en el que la flota española se encuentra, en la práctica, como en casa. Pero se me ocurre que Irlanda no está haciendo otra cosa que la que debiera haber hecho ya España y, especialmente, Galicia, al haberse concretado la salida de la Unión Europea, de una u otra manera, del Reino Unido.

Desde que se conoció que los británicos habían decidido "emanciparse" de la UE, el Gobierno español y la Xunta se plantearon la necesidad de adecuar su quehacer gubernativo al nuevo panorama comunitario, este con un socio menos y de la importancia que tiene para la sociedad en la que nosotros, los españoles, entramos en 1986. Me pregunto si han logrado algo de lo que, cuando menos, poder dar cuenta a la ciudadanía.

Porque aquí, en la añeja España, prometer se promete mucho. Excepto en Galicia, donde las promesas se las lleva el viento del noroeste. Pero se hace muy poco, casi nada. O, sencillamente, nada. Por los menos en los últimos años. Y no será porque no tengamos tareas a realizar; es que, simplemente, posponemos las soluciones. Y en materia de pesca, más. Mucho más.

Más de un año después de que Reino Unido hubiese dado ese importante paso que significa, por medio del que popularmente conocemos como Brexit, romper sus vínculos con los restantes 27 países de la UE, nada se ha avanzado, dicho o planteado a los que, inicialmente, van a ser los más directamente afectados: los armadores y tripulantes de casi un centenar de barcos que faenan en el Atlántico Norte, en aguas en las que Reino Unido tiene mucho que decir para decidir su propio futuro al margen ya de las estrategias pesqueras y administrativas de la Unión Europea. Pero sí lo ha hecho Irlanda -supongo que también la que conocemos como Irlanda del Norte-, con lo que España ha perdido o está perdiendo su gran oportunidad de, por ejemplo, situar a Galicia un poco más cerca de lo que interesa y que no es otra cosa que el caladero de Gran Sol.

Que sea noticia Irlanda porque plantea una estrategia que debiera ser la de España no ha de significar necesariamente hacer que todas las miradas converjan desaprobatoriamente en la isla del norte, con la que tantos vínculos tenemos los gallegos.

¿Qué esperaban? ¿Que los irlandeses se quedaran mano sobre mano a ver qué hacen sus parientes los gallegos para poder ellos aportar su propio plan de aprovechamiento integral de todo cuanto la pesca significa en su área?

Recordemos que es un país comunitario. Como España. Que tiene una flota importante. Que esta ha ido creciendo mientras la española menguaba. Que depende muy mucho de la pesca, tanto o más que Galicia. Y que toca con menos esfuerzo que los gallegos la suya.

Ah, sí: tienen un Gobierno que ha demostrado saber lo que quiere, mientras que el nuestro de Madrid o el de la Xunta prometen confeccionar y presentar informes en Bruselas que, verdaderamente, si se han elaborado se fueron con aires de roncón y encaje de punteiro a escribir partitura en la niebla irlandesa.