El sindicato UGT y la conservera Calvo firmaron ayer un preacuerdo para efectuar el traslado del personal y la actividad de la planta que la firma tiene en Esteiro (Muros) a Carballo (donde está la sede), según apuntaron la CIG y CCOO, que se oponen al cambio. Según explicó la representante de la CIG, Teresa Vidal, ahora comienza un "periodo de consulta" en el que se perfilarán algunos de los puntos del preacuerdo y que durará como máximo un mes, tras lo que se efectuará formalmente la rúbrica del traslado de las trabajadoras.

Vidal y el responsable de empleo de CCOO, Francisco Vilar, reiteraron la oposición de sus organizaciones al cierre de la fábrica de Esteiro y se negaron a firmar el documento. Alguna de las cláusulas que recoge el texto son el reconocimiento de dos horas de desplazamiento como tiempo efectivo de trabajo -aunque Vidal incide en que recorrer la distancia de Muros a Carballo lleva más- y la jornada continua de 07.00 horas a 13.00 horas. La representante de la CIG aseguró que tras la decisión de la empresa está la "pretensión" de que las empleadas se acojan a bajas incentivadas y lo justificó en que les va a resultar muy difícil soportar las jornadas de trabajo y el trayecto de ida y vuelta.

La división sindical refleja también la diversidad de opiniones entre las trabajadoras. En una asamblea que realizaron a principios de mes, 48 empleadas votaron a favor del cierre de Calvo en Esteiro, mientras que otras 40 apostaron por la continuidad de la planta.

La CIG y CCOO defienden desde el anuncio de la conservera de trasladar la fábrica de Muros que la situación económica del grupo "desmiente" su justificación para el cierre y que el informe técnico que presentó la firma no hace referencia a las cuentas consolidadas.