Le va a salir cara a Pesquerías Marinenses la "aventura" de su pesquero Playa Pesmar Uno si, como dice la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura y Pesca, alertó hasta en cinco ocasiones y a través del Centro de Seguimiento Pesquero (CSP) de que el domingo 3 de febrero el buque se hallaba 400 metros dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) Argentina.

Si esto es así, y no hay motivos para dudarlo porque la caja azul del buque lo corrobora, el expediente sancionador que instruye la Administración pesquera española permitirá aplicar una multa que se sumará a la que, previsiblemente, aplicará al citado buque y compañía armadora la Prefectura Naval Argentina.

Hasta aquí, todo claro. Lo que el arriba firmante no entiende es el motivo por el cual la Secretaría General de Pesca sostuvo desde un principio que el barco gallego utilizaba su derecho de navegación inocente -es decir, no pescaba- cuando se adentró en aguas de responsabilidad económica argentina. O, dicho de otro modo, qué indujo a este organismo español a esperar tantos días para dar a conocer oficialmente que el Playa Pesmar Uno había incumplido los preceptos establecidos en el reconocimiento de la inviolabilidad de las aguas de la ZEE por un buque de pabellón ajeno al de la nación que ostenta el derecho de esas aguas (en este caso Argentina) que establece el Derecho Marítimo Internacional.

En este mismo diario lo decía en días pasados y manifestaba mi asombro por la nula respuesta de los sistemas que utiliza el Centro de Seguimiento Pesquero (CSP) para advertir de la presencia irregular de un buque español en la ZEE de un país tercero. No encontraba una explicación coherente al silencio del CSP. Y a día de hoy, no me explico la tardanza en aclarar lo ocurrido.

Días después, el secretario general de Pesca se despachó en Vigo anunciando el expediente sancionador al barco basándose en que el Gobierno avisó cinco veces al barco de que había entrado en aguas argentinas. ¿Y por qué silenció este dato durante más de una semana? ¿Se tarda tanto en comprobarlo? Menos mal que solo ha sido un incumplimiento de tipo administrativo (punitivo, sí, pero administrativo), porque de tratarse de algo de mayor rango, como pudiera ser un accidente, ya podía estar el barco hundido y sus tripulantes muertos o desaparecidos porque los cinco avisos no habrían servido de nada en aguas de aquellas latitudes.

Es más: ese silencio me indujo a pensar que Argentina -y pido humildemente perdón por ello- volvía a las andadas con la famosa milla 200 y la incómoda presencia de flota extranjera -particularmente la española- dándole hilo a la pota.

No es, ni mucho menos, lo que uno espera de un bien engrasado Ministerio como se supone es el de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, acostumbrados como están sus funcionarios a lidiar con problemas varios. Y es que esta es de las pocas veces, posiblemente la primera, en la que el Estado español reconoce a Argentina su derecho a sancionar a un buque que ha infringido las normas según las posiciones establecidas por el CSP.

Será que nos hacemos mayores.